Seguro que te suenan: ácido glicólico, láctico, mandélico, azelaico... Los AHA o alfa hidroxiácidos son unos de los ingredientes exfoliantes más usados y aclamados en productos cosméticos.
Actúan por descamación de las células muertas de la superficie de la piel, revelando una piel más luminosa, lisa y suave.
Además, hay varios tipos de AHA, cada uno con efectos ligeramente diferentes. Algunos están más enfocados para tratar las arrugas profundas, otros mejoran las manchas e hiperpigmentación de la piel. Y otros son ideales para pieles acnéicas.
En definitiva, son ingredientes ideales para combatir el fotoenvejecimiento y el cronoenvejecimiento.
Qué son los alfa hidroxiácidos
Los alfa hidroxiácidos o AHA son ácidos exfoliantes orgánicos. También se suelen llamar ácidos frutales, ya que suelen obtenerse de fuentes vegetales.
A diferencia de los beta hidroxiácidos, que son liposolubles o solubles en grasas, los AHA son hidrosolubles, y suelen recomendarse en pieles normales a secas (aunque ya veremos que algunos son ideales para pieles grasas también).
Aplicados sobre la piel, ayudan a disolver las capas de células muertas. Más concretamente, se encargan de despegar el cemento intercorneocitario, que es lo que une las células muertas entre sí.
Es decir, aceleran la renovación celular, que es un ciclo que ya ocurre naturalmente en la piel, incentivando que la piel se regenere y revele las capas más internas y menos dañadas por el sol o agresores externos.
Propiedades de los alfa hidroxiácidos
Afinan la capa superficial de la piel: eliminan las células muertas, lo cual le da a la piel un aspecto suave, liso y uniforme.
Estimulan la renovación celular: al eliminar células muertas se activan los mecanismos de renovación celular, incitando a la piel a que fabrique células nuevas desde las capas más profundas de la epidermis.
Mejoran la función barrera: no solo mejora la piel de forma superficial y visible, sino que aquello que no se ve (la función barrera) también mejora, gracias a que los AHA estimulan la síntesis de ceramidas por parte de la piel.
Potencian la acción de otros productos cosméticos: otros activos pueden tener mejor efecto si son aplicados sobre una piel que se exfolia regularmente. Por ejemplo, si sueles utilizar retinol o vitamina C, los AHA te ayudarán a mantener la piel preparada para recibirlos (ojo! no siempre es bueno aplicarlos en la misma rutina el mismo día).
Favorecen la formación de colágeno: el efecto de renovación celular también trae este efecto colateral: los alfa hidroxiácidos estimulan a que la piel fabrique colágeno, mejorando la elasticidad y flexibilidad de la piel y disminuyendo la apariencia de las arrugas.
Mejoran la distribución de la melanina: reducen los focos de hiperpigmentaciones, con lo cual las manchas se atenúan. También son muy efectivos contra las manchas después de tener acné.
Hidratan la piel: tienen propiedades humectantes (especialmente el ácido láctico y el glicólico) con lo que la piel estará más hidratada.
Tipos de alfa hidroxiácidos y sus funciones
Algunos de los alfa hidroxiácidos más importantes son:
Ácido glicólico: suele hacerse a partir de la caña de azúcar. Molecularmente es el más pequeño, con lo cual tiene gran poder de penetración en la piel y por lo tanto es muy efectivo exfoliando. También es el más irritante. Tiene muchos beneficios sobre las arrugas y las manchas de la piel.
Ácido láctico: proviene de la fermentación de algunos azúcares, como la lactosa. Es uno de los más comunes (de hecho, la capa hidrolipídica de la piel tiene ciertas cantidades de este ácido). Es mucho más suave que el glicólico y mejor tolerado por la piel.
Ácido málico: se encuentra en las manzanas. Su efecto exfoliante es menor que el de otros AHA, pero es muy efectivo reduciendo las manchas y además es antioxidante.
Ácido kójico: proviene de la fermentación del arroz y es ideal para tratar manchas, gracias a que inhibe la producción de melanina.
Ácido mandélico: proviene de las almendras y ofrece una exfoliación suave apta para pieles sensibles, que además da mucha luminosidad al rostro.
Ácido azelaico: es ideal para pieles acnéicas o grasas ya que tiene propiedades antimicrobianas y seborreguladoras, por lo que suele estar presente en ese tipo de fórmulas.
Ácido tartárico: proviene de la uva. Mejora los signos del fotodaño y del acné, y suele usarse bastante en cosmética coreana, también en combinación con otros ácidos.
AHA de nueva generación
Varias décadas de investigación han conseguido desarrollar nuevas formas de AHA mucho más respetuosas con todo tipo de pieles pero igual de efectivas (algo que parecía imposible).
Se llaman AHA de nueva generación y se pueden dividir en dos grandes grupos:
PHA (polihidroxiácidos): dos ejemplos de este grupo son la gluconolactona y el ácido lactobiónico. A diferencia de los AHA clásicos, son muy hidratantes y menos irritantes, por lo que son ideales para las pieles más sensibles. De hecho, son dos exfoliantes ácidos que puedes usar incluso en verano.
LHA (lipohidroxiácidos): la principal diferencia es que son potentes antiinflamatorios y que ayudan a luchar contra las bacterias, por lo que son ideales en pieles con tendencia al acné. Comparado con el BHA (beta hidroxiácidos, como el ácido salicílico), se necesita menos cantidad y son menos irritantes.