No se conocen las causas exactas de la piel atópica, aunque parece ser el resultado una combinación de elementos, entre ellos la herencia genética y un conjunto de factores externos que pueden alterar el funcionamiento dérmico. Entre estos factores, la hidratación es fundamental, debiendo hidratar la piel tantas veces como sea necesario, y siempre con una crema adecuada.
Existen diferentes productos y tratamientos para --cubrir las necesidades de la piel atópica, hidratándola en profundidad y protegiéndola de agentes externos, como el sol, el viento o el frío, que pueden empeorar aún más la situación de este tipo de cutis, alterando su estado natural y dejando un aspecto seco y descamado.