La menopausia o climaterio es el proceso fisiológico gradual en el que se retira la menstruación y, con ella, la ovulación y la capacidad reproductiva. Por norma general, este cese en la ovulación tiene lugar entre los 45 y 55 años de edad, momento en el que el nivel de estrógenos y progesterona descienden. Estos cambios hormonales también repercuten en la piel. La bajada de estrógenos provoca una serie de cambios, como un descenso más marcado en la producción de colágeno con la consiguiente aparición de falta de densidad en las capas profundas como la dermis.
La susceptibilidad al fotoenvejeciento se inensifica, por el enlentecimiento de los mecansimos antioxidantes compensadores y de renovación cutánea. Puede notarse mayor sequedad y tirantez, por el déficit de lípidos. Y, finalmente, las manchas o hiperpigmentaciones pueden dar la cara por acumulación de exposición a la radiación solar, según el fototipo y los cuidados de fotoprotección que hayamos tendio. El tono apagado e irregular también suele ser una de las preocupaciones más frecuentes.
Pero, sin duda, esta etapa de madurez también significa experiencia adquirida y autoconfianza, que puede reflejarse en nuestra piel si seguimos unas pautas y rutinas de cuidado adecuadas. Si la piel tiende a la sequedad, podemos manternerla confortable con el uso de cosméticos con texturas nutritivas.
Los retinoides y fitoretinoides son los ingredientes estrella, ya que estimulan la renovación cutánea y la síntesis de colágeno para un efecto redensificador. Recuerda que es importante empezar con ellos de manera gradual, en rutina nocturna y no olvidarnos nunca del fotoprotector por la mañana.
La protección solar nos protegerá, al mismo tiempo, del daño oxidativo y la aparición de manchas. También son bienvenidos los productos y sérums que contienen péptidos, ya que, estos componentes ayudan a estimular la producción de colágeno y a aumentar la elasticidad de la piel. Asimismo, a medida que envejecemos los lípidos naturales de nuestra piel disminuyen, mientras que su pH aumenta.
Esto provoca que la piel sea más sensible a erupciones cutáneas, dermatitis y a experimentar cierta sensibilidad, por lo que es necesario utilizar ingredientes, como las ceramindas, que ayuden a mantener en buen estado la barrera protectora de la piel. Los emolientes, como la manteca de karité u otros componentes grasos de origen vegetal nutren y reconfortan. Por último, para combatir la hiperpigmentación, deberemos seguir un protocolo enfocado a este problema que puede incluir retinoides o el ácido kójico, y siempre protección solar alta, para ayudar a reducir los acúmulos de melanina.