Seguro que lo has oído alguna vez: que el frío descongestiona la piel, que ayuda a que los cosméticos se conserven mejor, etc.
Guardar los productos en frío tiene ciertas ventajas. Por ejemplo, te aseguras de que estarán siempre a la misma temperatura.
Existen incluso neveras específicas para este fin, que se pueden instalar en el baño o la zona donde apliques los cosméticos, y que son bonitas a la par que prácticas.
Ahora bien, ¿el frío es importante para conservar los productos? ¿Es realmente necesario?
Cómo conservar un cosmético adecuadamente
Por norma general, los productos de cosmética deben guardarse en sitios secos, aireados y alejados del calor.
Y si no lo indica en el envase, la fórmula (y el envase) están preparados para no necesitar una conservación en frío. Es decir, son lo que se llaman auto-estables.
Existen algunas excepciones, por ejemplo:
Si la temperatura exterior es muy alta: por ejemplo, vives en un clima tropical o ese día es muy caluroso. Aunque los productos estén formulados para aguantar a temperatura ambiente, hay un tope máximo que no suele indicarse en el envase.
Si la temperatura exterior varía mucho: si sueles tener los productos en el baño, con el vapor de la ducha o el uso de calefactores, podrías estar variando la temperatura muy rápido, y esto podría afectar a la fórmula.
Si el producto contiene ingredientes sensibles: los cosméticos que contienen vitamina C, por ejemplo, suelen conservarse mejor en frío.
Un dato importante: Guardar los cosméticos a baja temperatura no alarga su fecha de caducidad, como pasa con los alimentos, así que si ha superado su periodo PAO de apertura de envase (suele ser de 12 meses), guardarlo en la nevera no lo va a conservar mejor.
Productos de belleza que conservar en frío
El contorno de ojos: es muy útil guardarlo en frío no solo porque ofrece una sensación de alivio inmediato al aplicarlo, sino porque está demostrado que eso favorece la microcirculación y, por lo tanto, desinflama. Especialmente si es un contorno indicado para las bolsas, con ingredientes como la cafeína, el té negro o el gingko biloba.
El sérum de vitamina C: la vitamina C, especialmente en forma de ácido ascórbico, es muy sensible al calor y los cambios de temperatura. En general no hay que guardarlos en la nevera, y más si está estabilizado en base lipídica (lo que suele ser habitual), ya que el frío podría alterar la fórmula. Sin embargo, si es en base acuosa o bien lo indica en el envase, es una buena idea guardar ese ingrediente en la nevera para evitar que se oxide.
La mascarilla facial: especialmente las que son tipo gel, descongestionantes, etc. En este caso, además del efecto calmante, el frío ofrece una sensación reconfortante a la piel.
Las mascarillas tipo tisú o de un solo uso: es muy práctico guardarlas en la nevera porque el envase es completamente plano.
El tónico o bruma facial: si tienes la piel sensible o enrojecida, este truco te encantará. El tónico o bruma facial fríos te ayudarán a descongestionar la piel.
Los parches de contorno de ojos: suelen ser de hidrogel, un material que mantendrá el frío por más tiempo en la piel, con lo cual es muy buena idea.
El aftersun: no hay nada más placentero que aplicar un producto frío después de una exposición solar, especialmente si te has quemado ligeramente. El frío no solo ayudará a bajar la inflamación e impedir que la quemadura penetre más capas de epidermis, sino que es tremendamente agradable. Con una excepción: si es un producto aceitoso, es mejor no guardarlo en la nevera.
El bálsamo de labios: durante el invierno no hace falta, pero en verano algunas fórmulas suelen estar más blandas o líquidas, lo que facilita que usemos más producto del que deberíamos. Guardarlos en la nevera permite que se mantengan más enteros porque los ingredientes estarán más cohesionados.
La crema o gel de efecto frío para las piernas: es un truco que seguro que ya has probado alguna vez, especialmente si sufres de piernas cansadas o varices: el efecto frío de este tipo de productos se ve multiplicado si los guardamos en la nevera.
La crema anticelulítica: uno de los ingredientes habituales en este tipo de productos es la cafeína, así que sucede lo mismo que con los contornos de ojos: en frío funcionan mejor.
Cómo guardar los cosméticos en la nevera
Guarda los productos bien cerrados o en un envase tipo tupper hermético. Lo ideal (y más práctico) es que tengan un lugar designado, por ejemplo con una cesta de cristal o plástico especialmente para ellos.