Después de un afeitado con maquinilla, es muy común que la piel se resienta dejando una sensación de ardor. El roce del filo de la cuchilla ante la leve presión que se ejerce para lograr un rasurado perfecto hace que el tejido se irrite y esto, sumado a un poro abierto y dilatado, puede causar esas molestias.
Sin embargo, no te preocupes, no está todo perdido. Hoy vamos a compartir unos cuantos consejos para reducir esta sensación y cuidar la piel al máximo después del afeitado.
- Utiliza maquinillas limpias y/o nuevas para que la cuchilla pueda rasurar sin obstáculos. Para ello, se recomienda lavarla con cuidado con agua o alcohol tras su uso. Una cuchilla debe renovarse tras aproximadamente 5 usos.
- Limpia la piel antes de afeitarte para eliminar bacterias y toxinas presentes que puedan llegar a causar irritación. Los limpiadores faciales enriquecidos con ácido salicílico son muy recomendables.
- Utiliza un gel o espuma de afeitado adecuado para gel o espuma de afeitado para suavizar la acción irritante de la cuchilla contra la piel.
- La dirección en la que te rasuras es importante: aféitate haciendo movimientos cortos y precisos en la dirección del bello, nunca en contra de él, ya que aumenta el riesgo de irritación.
- Aféitate por las noches cuando la piel está más relajada y no va a ser expuesta a factores externos (contaminación ambiental, rayos solares, etc.) que pueden tener un impacto negativo.
- Tras el afeitado, refresca tu piel con agua fría para facilitar que se cierren los poros y evitar posibles afecciones de la piel.
- Cuando hayas terminado, aplica sobre la piel un producto específico para después del afeitado. Los after shave con aloe vera o avena, son muy recomendables para tratar las irritaciones cutáneas.
¿Un último consejo? Recuerda utilizar productos testados dermatológicamente, no alergénicos y que no contengan alcohol, para evitar al máximo la irritación de la piel. ¿Tienes algún truco más? ¡Cuéntanoslo!
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