El mes de marzo el mundo del cine recibió una de esas noticias que nadie quiere tener que escuchar ni mucho menos tener que dar: Bruce Willis se retiraba por un problema de salud. El problema que padece el actor es afasia y afecta a la capacidad para comunicarse. Sus efectos pueden afectar al habla, a la escritura e incluso a cómo comprendes la comunicación oral y escrita.
Aunque esta noticia se recibió de manera inesperada por el público, al parecer era algo que ya se sabía en Hollywood. De hecho, el actor logró trabajar pesé a su afasia en la película de 2021 “Tras la pista del asesino” (“Midnight in the Switchgrass”) de Randall Emmett. Pero durante la grabación el director comunicó a la familia de Bruce Willis que el actor olvidaba líneas del texto e incluso perdía la noción de dónde se encontraba. En una situación así y a través de un comunicado firmado por su familia, Bruce Willis tomaba la decisión de retirarse.
Y es que aunque quizá no habíamos escuchado hablar tanto de ella, hasta estos últimos meses, en España según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), más de 350.000 personas padecen afasia y cada año se producen unos 25.000 nuevos casos.
Pero, ¿qué es? ¿Por qué se produce? ¿Cuáles son sus causas? Hoy nos dedicaremos a este trastorno relacionado con las áreas cerebrales del lenguaje para darle visibilidad y conocerla más de cerca.
¿Qué es la afasia y cuáles son sus síntomas?
Es una afección que afecta a la capacidad para comunicarse, esto implica el habla, la forma de escribir y la comprensión del lenguaje oral y escrito.
Aparece de manera fortuita tras un accidente cerebrovascular o una lesión cerebral cuyo daño afecte a una o más áreas del cerebro que controlan el lenguaje. O puede aparecer progresivamente por un tumor cerebral de desarrollo lento o una enfermedad que puede causar un daño progresivo o permanente, es decir, degenerativa.
Su gravedad depende de varios factores como la causa o el alcance del daño cerebral.
La afasia puede afectar a:
Discurso de la persona y comprensión del discurso de otras personas.
Comprensión lectora y dificultad al escribir.
Comunicación expresiva, que implica el uso de palabras y oraciones.
Comunicación receptiva, que implica comprender las palabras de los demás.
Una vez que sabemos a qué áreas afecta, puede surgir la siguiente pregunta: ¿Cuándo acudir al médico? En la mayoría de las ocasiones la afasia va a producirse tras un derrame o daño cerebral, “y es esta primera causa la que hay que atender de inmediato porqué podría tener muchas más repercusiones negativas”, comenta nuestra farmacéutica Mar Santamaria. Y añade que “ante la sospecha de un accidente cerebrovascular, que impide que llegue sangre a algunas zonas del cerebro, debemos estar atentos y preguntar a la persona si puede realizar estas 3 acciones: ¿Puede sonreír? ¿Puede levantar los dos brazos? ¿Puede hablar de forma inteligible? En caso contrario, llamaríamos rápidamente a los servicios de emergencia porque cada minuto cuenta”.
Más aún sí detectamos sintomatología asociada como:
Sensación de debilidad o entumecimiento en el brazo.
Dificultad al caminar.
Parálisis facial e incluso “caída” de uno de los lados del rostro.
Dolor fuerte de cabeza.
Prevención de padecer afasia
Una de las cosas que debemos tener en cuenta es que, al igual que sucede en las enfermedades degenerativas o los tumores cerebrales, prevenir la afasia es difícil. Lo que sí sabemos es que una de sus causas principales son los accidentes cerebrovasculares, por tanto, reduciendo sus riesgos, reduciremos las posibilidades de desarrollar también afasia.
¿Cómo reducir el riesgo de accidente cerebrovascular?
Tratar de dejar de fumar y reducir el consumo de alcohol.
Realizar ejercicio.
En la medida de lo posible, seguir una dieta baja en sodio y grasas.
Realizar un seguimiento y control de la presión arterial, la diabetes, problemas circulatorios y el colesterol.
Tratamientos y actuación: ¿Cómo mejorar y corregir la afasia?
Ante una sospecha de padecer afasia uno de los primeros pasos que suele realizar un médico es tratar de localizar el origen del problema. Para ello, una de las primeras pruebas que suele realizarse es una resonancia magnética, que permitirá identificar dónde se encuentra el daño y cuál es su gravedad.
También suele examinarse el riesgo de afasia durante el tratamiento de una lesión cerebral, evaluando la capacidad del paciente para:
Seguir instrucciones.
Nombrar objetos.
Conversar de manera fluida y responder preguntas.
Leer.
Escribir.
Con esta evaluación el equipo médico conseguirá identificar discapacidades de comunicación específicas.
Por lo general, y teniendo en cuenta las causas que han provocado la afasia para conocer el grado de la misma, existen terapias para mejorar o recuperar las habilidades comunicativas. Son tratamientos que suelen incluir:
Ejercicios para mejorar las habilidades de comunicación tanto orales como escritas.
Terapias en grupo para practicar habilidades.
Aprendizaje de otras formas de comunicación como gestos, dibujos e incluso comunicación mediante ordenador.
Simulación de conversaciones en situaciones de la vida real.
Trabajar con el núcleo familiar del paciente para ayudar en la comunicación en el hogar.
Los pacientes que sufren afasia pueden desarrollar cambios de comportamiento provocados por la frustración e impotencia de los problemas comunicativos. Para un paciente de afasia es fundamental contar con el apoyo del núcleo familiar. Es importante desarrollar una comunicación en el hogar que facilite la vida del paciente e incluso respuestas afectivas para apoyar reacciones emocionales del paciente.