El objetivo de desintoxicar el cuerpo es la eliminación y expulsión de las impurezas acumuladas en el organismo. Para ello, es bueno empezar el día bebiendo un vaso de agua hervida y templada con una rodaja de limón fresco. Durante la semana detox hay que dejar de lado el alcohol y al tabaco, pues facilitan la deshidratación y ponen en tensión el cuerpo.
Alimentos que desintoxican el cuerpo
El café o té del desayuno lo podemos sustituir por una infusión de té verde. El té verde posee propiedades antioxidantes y es un excelente depurante natural. Durante el resto del día de beberse mucha agua y zumos de frutas y verduras preparados en casa. En algunos casos, y siempre consultando con asesoramiento farmacéutico o médico, se puede ayunar, consumiendo sólo el agua y los zumos antes mencionados. Se activarán los órganos de eliminación de toxinas: la piel, el sistema respiratorio y el intestino grueso.
Las proteínas de origen animal (carne, huevos y leche) se eliminaran durante la semana détox. Las grasas contenidas en este tipo de alimentos causan inflamación de los vasos sanguíneos disminuyendo la cantidad de oxígeno en nuestro cuerpo. Las proteínas que nuestro organismo necesita durante este período de desintoxicación y limpieza se pueden encontrar en las legumbres: lentejas, garbanzos, judías… ¡Humm, buenísimas! Se reducirá el consumo de azúcar y harinas refinadas, puesto que producen un aumento de la glucosa y desequilibrios hormonales que provocan estrés.
Adiós a los alimentos procesados. Los residuos tóxicos que dejan en el organismo tardan mucho en ser eliminados. Se debe comenzar la ingesta de alimentos sólidos gradualmente: con frutas y sopa de verduras, sin olvidar que se debe seguir tomando agua en abundancia. El drenaje, mediante masajes linfáticos y productos de autocuidado específicos, cerrarán el proceso de limpieza interior. Limpios y libres de impurezas, ahora toca bajar los kilitos de más acumulados.
Una vez liberado el cuerpo de impurezas, toca perder peso poco a poco de forma segura y duradera. Esto sólo se consigue si se adoptan de un modo natural unas sencillas rutinas de alimentación y ejercicio.
Planificars la lista de la compra para que incluya alimentos variados y saludables es la mejor opción para no comprar alimentos poco saludables. Cuando vayas al mercado con la lista no pueden faltar las frutas y verduras de temporada: fresa, fresón, kiwi, mandarina, manzana, naranja, plátano, pomelo; las verduras y hortalizas de invierno como acelga, alcachofa, apio, berenjena, brócoli, calabacín, cardo, lombarda, coliflor, escarola, espárrago verde, espinaca, judía verde, pepino, puerro, repollo y zanahorias. Entre los pescados que podemos consumir estos días se encuentra: el bacalao, la lubina, los mejillones, el fletán y salmón, entre otros. Y de carne, pollo o conejo.
Consejos para una buena alimentación
- A la hora de preparar los menús, evita los fritos y opta por las comidas a la plancha, vapor y horno. De este modo evitarás aportar grasas y calorías a la dieta.
- Durante la noche el cuerpo descansa y a la mañana siguiente está listo para empezar el día. Como han pasado al menos ocho horas desde la última ingesta de alimento, desayunar cada mañana es vital. Fruta, leche, cereales y proteínas te proporcionarán la energía necesaria para rendir y concentrarte durante el resto del día. Un buen desayuno activa el metabolismo y aporta una sensación de saciedad que evita el consumo excesivo de calorías durante la jornada.
- Haz cinco comidas al día, comiendo de todo.
- Bebe dos litros de agua. El agua nos ayudará a mantenernos hidratados y a metabolizar mejor los alimentos.
- Haz ejercicio moderado: caminar media hora al día será suficiente, aprovechando, por ejemplo la ida o vuelta al trabajo. Si puedes evitar el ascensor, mejor. Subir y bajar escaleras beneficia el ritmo cardíaco y ayuda a mantenertes flexible.
- Y, por último, descansa ocho horas diarias.