Enrojecimiento, lagrimeo excesivo, irritación... son síntomas característicos de la blefaritis, una inflamación de los párpados. A menudo también aparecen unas pequeñas placas blancas, similares a la caspa, entre las pestañas.
Hay dos causas principales:
El exceso de bacterias patógenas en la base de las pestañas.
El bloqueo o irritación de las glándulas excretoras de sebo de las pestañas.
La blefaritis suele ser molesta, aunque es fácil de tratar con unas simples pautas de higiene. En algunos casos, si no se trata, puede llevar a complicaciones.
Síntomas de la blefaritis
Copos blancos (similares a la caspa) entre las pestañas
Sensación de tener algo en los ojos
Lagrimeo, algunas veces formando pequeñas burbujas
Ojos secos
Sensibilidad a la luz
Si no se trata, puede causar otros problemas como:
Visión borrosa
Caída de las pestañas
Pestañas creciendo en direcciones opuestas
Enrojecimiento o inflamación de otras partes del ojo, como la córnea
Remedios para tratar la caspa en las pestañas
La mejor manera de mantener a raya la blefaritis es tener una buena higiene de párpados.
Durante un brote de blefaritis, es recomendable no utilizar lentillas ni maquillaje de ojos hasta que los párpados mejoran, para evitar complicaciones.
Estos son los hábitos para una buena higiene de párpados:
Limpiarse las manos antes de tocarse los ojos.
Utilizar agua tibia y limpiadores suaves para la zona del contorno de los ojos.
Presionar un algodón o un bastoncillo de algodón con solución limpiadora o suero fisiológico suavemente sobre los párpados. Existen también toallitas impregnadas especiales para la limpieza de los párpados. Es importante que sea un producto específicamente diseñado para esa zona.
Retirar el algodón o toallita suavemente, haciendo hincapié en la base de las pestañas.
Aclarar con abundante agua.
Repetir las veces que sea necesario.
Aplicar, de forma opcional, una mascarilla térmica ocular tibia sobre los ojos.
Si una buena higiene no es suficiente para mantener la inflamación de los párpados a raya, es recomendable consultar con tu médico o profesional optometrista para que te recomiende:
Un colirio específico para tratar la blefaritis. Normalmente suelen contener derivados de la cortisona. También puede recomendarte colirios del tipo lágrima artificial, y estos no necesitan receta.
Un antibiótico para tratar tu blefaritis si está causada por bacterias.