En los últimos 30 años el Mar Mediterráneo ha sufrido un aumento del 10% en la acidificación de sus aguas debido a las emisiones de CO2. Un estudio revelado por MedSea informa que en los próximos 40 años este porcentaje será del 30%. Los resultados son claves: calentamiento del agua y una reducción de peces y moluscos como también un aumento de medusas.
Las medusas son una realidad que amenaza las costas mediterráneas, provocando cada vez más afectados por el veneno de sus picaduras. Tan solo el roce del cuerpo con alguno de sus tentáculos tiene consecuencias para nuestra salud. Dependiendo del tipo de medusa, las consecuencias de una picadura pueden ser desde una erupción leve cutánea, calambres musculares, desmayos, problemas respiratorios, debilitamiento, ojos irritados hasta espasmos musculares.
¿Cómo tratar una picadura de medusa?
- En caso de que un tentáculo esté prendido a la piel, quitar mediante pinzas o una toalla estilo guante ¡no utilizar las manos ya que el veneno sigue presente en el tentáculo!
- Para neutralizar el veneno, se puede utilizar vinagre o alcohol sobre la zona durante 30 minutos aproximadamente.
- Aplicar sobre la zona donde tuvo lugar la picadura agua de mar para así evitar que la reacción se expanda. Recordad: utilizar agua de mar o aguas salinas (suero fisiológico, por ejemplo), no de grifo ni otra.
- En caso de que el afectado padezca dolores o urticaria, se puede ofrecer algún analgésico y/o antihistamínico. También puede optar por cremas o lociones para medusas que contenga hidrocortisona.
- Aplicar frío en la zona para reducir el impacto. Es importante no aplicar el hielo directamente sobra la piel, sino hacerlo utilizando un paño.
- Evitar objetos rígidos y rugosos para calmar la urticaria y picazón.
En caso de que las heridas y molestias aumenten o no cesen con estos pasos, se recomienda acudir a un centro hospitalario.
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