El dolor es una sensación desagradable, un mensaje de advertencia sobre algo que no funciona correctamente en nuestro cuerpo y que, en general, nos da miedo.
Pero, ¿sabías que hay un tipo de dolor, conocido como dolor neuropático, que no responde a los tratamientos habituales prescritos para el clásico dolor nociceptivo? Te cuento en qué consiste y cómo hacer para aliviarlo.
¿Qué es el dolor neuropático?
El dolor nociceptivo es una señal que envía el cuerpo al cerebro para advertirnos de una disfunción, y suele ser causado por un trauma, lesión o enfermedad.
El dolor se puede clasificar como dolor agudo o crónico. El dolor agudo, como su nombre indica, es severo; suele ser temporal y puede aliviarse si se toma un analgésico. Por su parte, el dolor crónico tiene una duración superior a 3 meses y, a menudo, es multifactorial y resistente al tratamiento.
El dolor crónico muchas veces se mantiene por factores psicológicos, sociales y culturales que provocan consecuencias físicas, morales y sociales para el paciente. Es en esta categoría de dolor crónico donde encontramos el llamado dolor neuropático .
El dolor neuropático, también llamado dolor neurogénico, es secundario a un daño en el sistema nervioso (central o periférico), es decir un daño que afecta al cerebro, a la médula espinal o incluso a los nervios. Esto implica que existen numerosas posibles causas para el dolor neuropático, como puede ser la diabetes (puesto que el 20% de las personas diabéticas tiene una neuropatía dolorosa) o un episodio de culebrilla.
Después de un traumatismo, como una fractura o lesión, más del 50% de los pacientes presentan dolor neuropático en la zona del cuerpo que ha sido afectada. La ciática también es una causa importante de dolor neuropático y, muy a menudo, es crónica porque dura meses o años.
Por último, las lesiones de la médula espinal también son causas muy frecuentes de dolor neuropático, ya que al menos el 50% de las personas que las sufren padecen dolor crónico, muy a menudo neuropático, o también tras un accidente cerebrovascular (ACV).
¿Cómo se manifiesta el dolor neuropático?
En el caso del dolor neuropático, los síntomas pueden implicar:
Sensación permanente de ardor, hormigueo, entumecimiento y calor y/o frío.
Dolor breve e intenso, como calambres o un aumento de dolor crónico.
Estas sensaciones dolorosas pueden desencadenarse o acentuarse en determinados momentos de la vida cotidiana, como en momentos de emoción, estrés, esfuerzos mentales o físicos importantes, o simplemente durante un cambio de temperatura.
Con todas estas variaciones, en ocasiones resulta difícil realizar un diagnóstico correcto rápidamente, y entonces son necesarias varias exploraciones que permitan clasificarlo como dolor neuropático.
¿Cuál es el tratamiento para el dolor neuropático?
El diagnóstico se realiza tras un examen clínico, estudio de los síntomas y la probabilidad de daño a los nervios. Estos análisis pueden complementarse con técnicas de imagen como la resonancia magnética. Una vez realizado el diagnóstico, el tratamiento se puede realizar de diferentes formas:
Medicamentos, como analgésicos, antidepresivos y/o anticonvulsivos para reducir el dolor, aunque a menudo es difícil aliviarlo por completo con medicamentos.
Fisioterapia, para continuar moviendo la zona dolorida y así prevenir la atrofia muscular y mantener la amplitud de movimiento de las articulaciones doloridas.
Estimulación eléctrica, mediante electrodos colocados en la columna u otras áreas doloridas.
Estimulación de nervios, mediante finos cables debajo de la piel, para estimular un nervio periférico específico. Este tratamiento es particularmente eficaz para el dolor neuropático y se dirige al área dolorosa mejor que la estimulación eléctrica. La colocación de dichos hilos es un procedimiento mínimamente invasivo que requiere de pequeñas incisiones en la piel.
Estimulación de la médula espinal, para aliviar el dolor neuropático en personas con daño en los nervios tras una cirugía de espalda, por ejemplo. Consiste en implantar un estimulador de la médula espinal por vía subcutánea, generalmente en las nalgas o el abdomen y, al igual que un marcapasos, este dispositivo genera impulsos eléctricos. Se colocan pequeños en el espacio que rodea la médula espinal, y estos le transmiten impulsos según la forma en que se envían las señales de dolor al cerebro.
Bloqueos del dolor en personas con dolor intenso y persistente, para interrumpir una vía nerviosa que transmite las señales de dolor cuando los medicamentos no proporcionan alivio. Se pueden realizar varias técnicas, como inyectar un anestésico local en el área que rodea los nervios, enfriamiento de los nervios (crioterapia) o incluso la extirpación de un nervio mediante cirugía.
Además, el tratamiento del dolor neuropático puede variar según la afección específica que lo cause. Por ejemplo, si la causa es la diabetes, un mejor control del azúcar en sangre puede ayudar a retardar la progresión del daño a los nervios que causa el dolor.
¿Puede desaparecer el dolor neuropático?
Desafortunadamente, es muy raro que el dolor neuropático desaparezca por completo, aunque los nervios afectados pueden repararse parcialmente por sí solos. Sin embargo, los pacientes aprenden a manejar mejor el dolor con estos tratamientos y generalmente lo consideran menos intenso.
En todos los casos, es importante consultar al médico para encontrar el tratamiento más adecuado.
Artículo traducido y adaptado por Celia Núñez, redactado originalmente en francés por Léa Fillion.