Si hiciésemos una encuesta sobre si la primavera es tu estación favorita, el mundo se dividiría entre las personas que padecen alergia primaveral y las que no. Y es que dónde algunos vemos flores germinar y divertidas y juguetonas esferas de polen… Otros ven, ¡una pesadilla! Pero hoy estamos aquí para hablar y tratar de ver la luz al final del túnel de la primavera.
¿Qué es y cómo saber si tengo alergia primaveral?
Para empezar por el concepto más genérico, una alergia es una hiperreacción del sistema inmunitario a algún elemento externo. Los más comunes son:
Ácaros de polvo.
Pelo de animal.
Alimentos.
Picaduras.
Medicamentos.
Esporas de moho.
Polen.
Si al leer alguno de estos elementos (o varios) una sensación fría ha recorrido tu cuerpo, posiblemente, serás una de esas personas que sufre algún tipo de alergia.
Si sobre todo, tu reacción ha sido por el polen, posiblemente en tu caso, padeces de alergia primaveral. ¿Qué es? Lo mismo que el resto de alergias: Es una respuesta (más exagerada de lo común) del sistema inmunológico a algo externo.
Pero, ¿cómo la identifico? Si llega la primavera y sientes congestión nasal, picor de ojos y nariz, mucosidad acuosa y muchos estornudos, es posible que sufras de alergia primaveral, también conocida como rinitis alérgica.
¿Cuándo empieza la alergia primaveral y cuándo acaba?
No existe una ciencia exacta con el comienzo de las alergias primaverales. La estimación general es que pueden comenzar en febrero y pueden alargarse hasta el verano.
Los meses más difíciles son abril, mayo y junio, meses en los que se produce la floración y las plantas producen polen para reproducirse. ¡Bien por ellas, no tan bien para los alérgicos!
Sus efectos varían dependiendo del clima y del tipo de vegetación que exista en nuestra zona. Existen dos tipos de polen más comunes: El que se encuentra en las flores que no provoca tantos síntomas y el que proviene de árboles, césped y malezas y es el que se transporta por el viento y afecta más a las personas alérgicas.
Además, en lugares más templados, algunos pólenes duran más tiempo y en climas más húmedos y con más lluvia, los niveles de polen son más bajos.
Síntomas de la alergia primaveral y cómo aliviarlos
Los síntomas y su intensidad pueden variar mucho dependiendo de la zona en la que vivamos, pero existen algunos síntomas comunes.
Conjuntivitis
Picor tanto en nariz como en garganta y paladar
Congestión nasal y estornudos
Dificultad para respirar con tos y pitidos en casos más severos.
Sarpullidos, edemas (hinchazón) en casos más severos.
¿Cómo aliviar los síntomas?
Lo primero es que un médico diagnostique que padecemos alergia primaveral y lo siguiente, es seguir sus instrucciones y pautas. Pero lo que sí podemos saber es que existen tratamientos tanto naturales como comunes para mejorar los procesos de alergia.
Tratamientos farmacológicos:
Antihistamínicos orales. Ayudan a aliviar los estornudos, la picazón, el moqueo y el lagrimeo ocular.
Descongestionantes o vasoconstrictores, que pueden administrarse por vía oral o nasal (spray). Aportan alivio temporal de la congestión nasal. Eso sí, no hay que tomarlos a largo plazo porque puede tener efecto rebote y empeorar los síntomas. No están aconsejados en personas con hipertensión arterial.
Medicamentos combinados. Son medicamentos antihistamínicos con descongestionantes.
Inmunoterapia o vacunas personalizadas en función del alergeno
Otras medidas de apoyo:
Existen productos naturales y saludables que ayudan a combatir la alergia.
Vahos con hojas de eucalipto. Ayudan a abrir las vías respiratorias. ¿Cómo? Meter unas 10 hojas en un litro de agua hirviendo, dejar reposar 3 minutos e inhalar cubriendo la cabeza con una toalla y respirar unos minutos. Esto no se recomienda para personas asmáticas, ni en niños pequeños.
Infusiones de plantas. Las más recomendables son té de ortiga, menta, té verde, regaliz o eucalipto que tienen un efecto antihistamínico natural.
Probióticos. Contribuyen a regular el sistema inmunológico para prevenir la aparición de algunas de las reacciones alérgicas.
Cúrcuma. Posee un gran poder antiinflamatorio y contiene la suficiente dosis de histamina como para reducir los efectos de una reacción alérgica. Nuestra farmacéutica, Mar Santamaría recomienda consultar antes por si existen precauciones o incompatibilidades.
Existen algunas opciones naturales que, si bien no son medicamentos, tienen cierto efecto antihistamínico.
Guía definitiva para sobrevivir a ella
Sabemos que es difícil sobrevivir a la alergia primaveral, pero aquí va la prometida guía básica para sobrevivir a ella con cierta dignidad.
Evita exponerte a los alérgenos (causantes de la alergia). Y no, no te montes tu propia pandemia y te encierres. Pero trata de evitar las horas de mayor concentración de polen, es decir, de 5 a 10 de la mañana y momentos de mucho viento en los que el polen vuela a sus anchas, causando el mal para los alérgicos. Si los alérgenos están en casa (ácaros), airea bien a diario, mantén una buena higiene de superficies y tejidos (cortinas, cojines, sofás, mantas) y prescinde de elementos decorativos, como alfombras, etc. Los sprays de aceites esenciales vaporizados sobre tejidos y en estancias pueden ayudar. ¿Ha llovido en tu zona? Aprovecha a salir a la calle y disfrutar de un ambiente polen–free.
Cámbiate de ropa cada vez que salgas. Sí, quizá volvemos a las reminiscencias pandémicas, pero quitar y lavar la ropa de la calle ayudará a eliminar los alérgenos de las prendas. También, se recomienda lavar la ropa de cama con agua caliente y no tender en el exterior durante estos meses.
Frente a síntomas muy molestos, utiliza mascarilla. Sí, otra vez te suena, ¿verdad? Pero lo cierto es que las mascarillas son uno de los remedios más eficaces para reducir la exposición y los síntomas.
Enjuagues nasales, tus nuevos besties. Los enjuagues nasales te ayudan a mantener limpias las fosas nasales y sobre todo, a aliviar la congestión. Recomendación de Mar: lavados nasales con agua de mar isotónica, para limpiar (desprender alérgenos adheridos), descongestionar y liberar exceso de mucosidad.
Ambiente limpio, aire limpio y sin polen, alérgico, feliz. Ya que en la calle impedir el paso del polen es difícil, mantener las casas y las oficinas libres de polen, es otro gran remedio para no despertar los síntomas de la alergia. Y no, no pienses en el plumero clásico, porque lo único que conseguirás será extenderlos. Es mejor recurrir a una aspiradora con un filtro de alta eficiencia (HEPA) para retirar la mayor parte de partículas perjudiciales e irritantes del aire. Un deshumidificador también ayudará a los alérgicos a hidratar y aliviar sus fosas nasales.
Ducha fría, sobre todo, por la noche. Esto incluye lavar el cabello para eliminar cualquier resto del temido polen acumulado. Si no eliminamos los restos de polen durante la noche, los síntomas podrían agudizarse.
Recomendaciones extra de nuestra farmacéutica Mar Santamaria: se pueden utilizar aceites esenciales quimiotipados y de calidad por vía oral, como el de hinojo (no embarazo, ni lactancia, consultar dosis y duración); el de menta de campo diluido en aceite vegetal para molestias alérgicas sobre la piel; y sprays con aceites esenciales y extractos vegetales no medicamentosos, pero que alivian los síntomas (y no producen el efecto rebote típico de algunos sprays con medicamento).
La primavera ha venido para quedarse, pero eso no significa que haya que sufrir más de la cuenta. ¿Tienes algún tip secreto que compartir? ¡Nos leemos!