Ozempic®, berberina y una paella valenciana

Escrito por Mar Santamaria Sala el 13/12/2023

Médico metiendo líquido con una jeringuilla en un bote

Navegando por internet, quizás te has topado con esta frase: “la berberina es el Ozempic® de la naturaleza”. Las búsquedas de suplementos con berberina han aumentado un 600% los últimos meses en nuestra web. Es un extracto botánico conocido desde el año de la pera. Entonces, ¿de dónde viene este interés viral? ¿Y por qué se compara con un medicamento?

Sigue leyendo porque aquí estamos nosotros para poner los puntos sobre las íes. Voy a darte las claves para entenderlo mejor.

¿Qué es Ozempic®?

  • Ozempic® es un medicamento de prescripción médica. Es nuevo, se autorizó en 2018. Su principio activo es la semaglutida. Está indicado para tratar la diabetes en adultos, cuando no se consigue controlar el nivel de glucemia con otros medicamentos. Y siempre junto a dieta y actividad física.

  • Por otro lado, la berberina es una sustancia del grupo de los alcaloides que está presente en extractos de distintas especies vegetales. Se utiliza como complemento alimenticio basado en plantas. Apoya las funciones fisiológicas y normales del organismo en determinadas situaciones.

¿Qué relación tiene la berberina con el medicamento Ozempic®?

Mi respuesta es que: la misma que existe entre una paella valenciana y la gastronomía sueca: ninguna. Una cosa es que un extracto vegetal, como el de berberina, tenga propiedades para ayudar a mantener las funciones fisiológicas. Este es el terreno de los suplementos. Pero, de aquí a decir que equivale a un medicamento, hay una gran diferencia. Juegan en dos ligas muy distintas.

“Pero existen muchos medicamentos que se obtienen de las plantas o se descubrieron en el reino vegetal”, pensarás. Sí, eso es del todo cierto. Pero, para que reciban la etiqueta de medicamento, tienen que administrarse en una determinada dosis y tipo de preparado. También tienen que haber pasado ensayos clínicos muy rigurosos. Al igual que los principios activos de origen sintético. En cambio, las plantas que se comercializan como complementos alimenticios siguen siendo esto, complementos alimenticios. No son, ni equivalen, a ningún medicamento.

Los ensayos preclínicos y clínicos para que un medicamento pueda llamarse medicamento sirven para determinar, por un lado, su seguridad (ausencia de toxicidad y evaluación de efectos adversos). Por otro, su eficacia. Es decir, cuánto efecto produce en comparación a la administración de un placebo. Y esto no aplica al terreno de los suplementos, que son concentrados de fuentes nutricionales, pero no sirven para tratar una enfermedad, ni se han probado con evidencia científica en dicho contexto.

La confusión (y la desinformación) está sembrada en las redes. No es nada nuevo. Fíjate que siempre que se pone el foco mediático en un determinado medicamento (en este caso porque es novedoso, tiene una buena efectividad y está rodeado de polémica por un uso incorrecto o problema de desabastecimiento), se intenta buscar “su equivalente en la naturaleza”. Casi siempre basado en las plantas. Pero no, hay que llamar cada cosa por su nombre y no dejarse llevar por el clickbait.

En el contexto de enfermedades crónicas, como la diabetes o la obesidad, hay que ser aún más prudentes y es irresponsable dar mensajes poco rigurosos. La diabetes es una condición que debe tratarse adecuadamente, para evitar la progresión de la enfermedad y sus complicaciones. Aconsejo a los pacientes que conviven con diabetes que confíen en su profesional de salud de referencia, sigan el tratamiento prescrito y las pautas de estilo de vida recomendadas basándonos en la evidencia científica.  

Para saber un poco más sobre la berberina

Hemos explicado que la berberina es un alcaloide. Un tipo de sustancia presente en varias especies vegetales. A nivel europeo, la Comisión ha solicitado a la máxima autoridad científica en avaluación de nutrientes (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA) que realice una amplia revisión acerca de la seguridad del consumo de extractos con berberina. A día de hoy, no está documentada y no se recomienda su utilización con fin terapéutico (para la prevención o tratamiento de enfermedades).

Sí que se han reportado diversos usos tradicionales y populares de extractos con berberina. Que no hay que confundir con el uso terapéutico avalado. Es el caso del agracejo (Berberis vulgaris L.). Su raíz y la corteza del tallo se han empleado en caso de molestias intestinales, digestiones pesadas y como “depurativo”. También, para la salud de las vías urinarias y del sistema circulatorio. Tiene cierta acción sobre la glucemia. Lo que no significa, como hemos ido explicando, que esté probado en forma de medicamento. No se aconseja su consumo en mujeres embarazadas, niños, ni en personas con problemas biliares.

Como conclusión: Ni el uso inadecuado (fuera de indicación) de suplementos con plantas, ni mucho menos la automedicación con medicamentos, son conductas exentas de riesgos. Muy especialmente, en el manejo de la diabetes u otros problemas endocrinos. Para cuidar bien de nuestra salud, también debemos cuidar el acceso a fuentes de información fiables.