Si juntamos el fanatismo por lo natural con TikTok, la mezcla es explosiva. Las recomendaciones de productos, técnicas, ingredientes... bailan en TikTok como una coreografía apta para todos los públicos. Pero, ¿es realmente así? Nos gustaría decir que sí, pero no. O por lo menos, no con el tema de hoy: El aceite de romero y su uso capilar.
Las recetas haciendo ungüentos a base de este aceite son muy comunes. Y entendemos la fama del aceite de romero. Pero, ¿son aptas para todos los tipos de públicos y cabellos? ¿Son la mejor idea?
Beneficios capilares del aceite de romero
Lo primero que debemos saber es que el aceite de romero es un aceite esencial y ya solo por esto hay que tratarlo con cuidado.
Favorece la circulación sanguínea de los folículos. Efectivamente, es un vasodilatador, así que al mejorar la circulación de los folículos también ayuda a fortalecer el cabello y prevenir su caída (siempre que no sea androgénica o hereditaria).
Acción astringente. Sí, ayuda a regular el exceso de sebo y la caspa. Además, previene la proliferación de hongos y otras infecciones provocadas por bacterias.
Antiinflamatorio, así que ayuda a calmar la irritación en el cuero cabelludo.
Acondicionador natural. Aporta suavidad y brillo y ayuda a hidratar el cuero cabelludo seco.
Previene la aparición de canas. Sí, además de todo lo anterior, también ayuda con esto. ¿Cómo lo consigue? Ayuda a estimular los melanocitos (células que dan la pigmentación del pelo), potenciando el color en cabellos oscuros y previniendo la aparición de canas.
Por qué no prepararlo en casa
Sí, los beneficios del romero para el cabello son muchos y muy apetecibles, pero no por ello debemos utilizarlo de cualquier manera, ni mucho menos prepararlo en casa. Malos usos del aceite de romero para el cabello:
No debemos aplicarlo directamente sobre el cabello. El romero es un aceite esencial, así que aplicarlo y dejarlo en el cuero cabelludo puede irritarlo y dejarlo graso, en especial en caso de cabellos lisos y finos.
Las fórmulas cosméticas son seguras, no hace falta que nos pongamos en modo alquimista. Efectivamente, los champús a base de romero se elaboran pensando en la dosificación segura para el consumo humano. Por eso mismo, hacer una formulación en casa, por lo general, no será más que un experimento fallido y poco saludable.
Los aceites esenciales no están indicados durante el embarazo, la lactancia ni en niños menores de 6 años, salvo que el producto indique explícitamente que sí es apto en estas situaciones. En ningún caso comprar ramas de romero, hervirlas y preparar una fórmula no segura del producto.
Buenos usos del aceite de romero para el cabello:
Comprobar la tolerancia de nuestra piel. Sí, no todas las pieles, ni cabellos son iguales, por eso es importante comprobar que no nos da alergia o nos produce irritación dosificando unas gotitas en la muñeca y dejando actuar. Eso sí, como no siempre estamos igual ni utilizamos el producto en la misma época del año, habrá que ir chequeando en cada uso la reacción que nos provoca. ¿Sentimos irritación? Aclaramos el producto de inmediato.
Aplicar con otros aceites. El aceite de romero es un aceite, luego se diluye con otro aceite para facilitar su uso. Podemos aplicarlo utilizando de 5 a 10 gotas de aceite de romero con aceite de coco o de oliva y aplicar en el cuero cabello de 10 a 15 minutos. ¡No más! ¿Por qué? Podría desde irritar el cuero cabelludo a dejarlo muy graso. Recuerda que es un aceite MUY concentrado.
No somos alquimistas. Si aun así queremos mezclar con otro aceite, recomendamos hacer la mezcla para el uso inmediato. Al dejar la mezcla hecha, el producto puede alterarse (todavía más).
Acudir al especialista. Si queremos utilizar aceite de romero para beneficiarnos de sus propiedades porque estamos notando exceso de caída capilar o pérdida de densidad, lo mejor será acudir al médico para que compruebe el origen de ese cambio y recomiende qué hacer.
En caso de utilizar aceite de romero, la recomendación siempre será comprarlo preparado y utilizar las proporciones aconsejadas por el especialista o el envase del producto.