A muchas mujeres, sobre todo de constitución delgada, nos ocurre que independientemente de la temperatura cálida que pueda haber en el ambiente, sufrimos de pies fríos. No se trata de ninguna enfermedad en sí misma, sino que puede ser el síntoma de algo que nos ocurra. Hoy en el blog de PromoFarma.com veremos algunas causas de esta incómoda sensación.
Causas de los pies fríos
La causa más habitual de los pies fríos suele ser un síntoma de mala circulación, pero existen otras muchas posibles causas que merece la pena revisar, como el síndrome de Raynaud.
Las personas que tienen una temperatura corporal muy baja pueden presentar un metabolismo basal muy lento que se traslade también a unos pies muy fríos. Es importante que vayamos al médico si detectamos que nuestra temperatura corporal es realmente baja, pues podría haber un problema de tiroides detrás.
Si últimamente te notas cansada, débil y te acompaña una sensación constante de frío, no solo en los pies, podría tratarse de una anemia severa o falta de hierro, por lo que deberías ir al médico también para hacerte un chequeo y confirmar o descartar la anemia.
Una de las más típicas causas de los pies fríos es el resfriado y los estados gripales. Cuando estamos enfermos nos acompaña una sensación de escalofríos que cuesta de quitarnos de encima, pero si tras la recuperación continuamos con frío en los pies, deberíamos continuar investigando.
Si padeces de la espalda y acumulas tensión en las lumbares, podemos encontrarnos con dolor en las piernas y pies fríos.
Los pies fríos pueden mostrarte también como una consecuencia del estrés en nuestro cuerpo. Ante una situación de temor o inseguridad nuestro cuerpo reacciona poniéndose en estado de alerta y los pies fríos pueden ser una de sus manifestaciones.
El desnivel normal de temperatura entre el interior de nuestro cuerpo y el exterior es un auténtico equilibrismo que depende de un gran engranaje en nuestro cuerpo en el que tienen que coordinarse el sistema nervioso simpático, el sistema hormonal y el sistema circulatorio.
Los pies fríos son un indicio de que este mecanismo térmico está desequilibrado, por lo que será necesario que escuchemos nuestro cuerpo para detectar el origen de esta dolencia. Igualmente, lo que nunca debería fallar cuando notemos que nuestros pies están como cubitos de hielo es abrigarlos con calcetines de lana y reanimarlos con el fuego de una buena chimenea, radiador o estufa.