¿Sufres de asma y te preocupa que practicar deporte empeore tus problemas respiratorios? ¡Buenas noticias! Realizar actividad física es posible, e incluso muy recomendable, cuando se padece asma, siempre que se respeten una serie de precauciones. Te las contamos a continuación.
¿Cuáles son los beneficios del deporte para los asmáticos?
El asma es una enfermedad respiratoria, muchas veces de origen alérgico, que consiste en la inflamación de los bronquios, impidiendo el paso del aire. Hablamos entonces de un ataque de asma con aparición de respiración muy ruidosa, entrecortada y sibilancias.
Desde hace tiempo se ha demostrado que el deporte mejora el control del asma y los niveles de tolerancia al ejercicio. De hecho, practicar actividad física aumenta la capacidad respiratoria, y reduce la dificultad para respirar y la intensidad de las crisis.
¿Cuáles son los síntomas del asma inducida por el ejercicio?
Existen varios tipos de asma cuyos ataques pueden ser desencadenados por diferentes factores como el tabaco, sustancias alergénicas o incluso una atmósfera contaminada. Una de las formas de asma más conocidas es el asma inducida por el ejercicio.
Al practicar actividad física, ante el esfuerzo más intenso de la respiración, los bronquios pueden contraerse, lo que puede provocar síntomas que varían de una persona a otra: tos, falta de aliento o dificultad para respirar, sensación de opresión en el pecho … Esto se llama asma inducida por el ejercicio, y puede ocurrir durante o justo después del esfuerzo físico. Sin embargo, los síntomas pueden aliviarse rápidamente tomando un tratamiento para el ataque de asma recetado por un médico, previo diagnóstico.
En realidad, los músculos necesitan más oxígeno cuando se practica deporte. Para satisfacer esta necesidad, la respiración se acelera y se realiza a través de la boca para permitir la llegada de aire frío y seco directamente al nivel de los bronquios, provocando su contracción. Sin embargo, respirar por la boca no filtra ciertos agentes alérgicos (pólenes) o irritantes (contaminación atmosférica) que llegan directamente a los bronquios, lo que puede favorecer la aparición de un ataque de asma. Por lo tanto, el asma inducida por el ejercicio puede ser causada por:
Un esfuerzo muy prolongado o muy intenso
Aire frío y seco
La contaminación atmosférica
Polen
Asma mal controlada con inflamación significativa de los bronquios, que luego los hace muy reactivos al resto de factores
¿Qué precauciones deben tomar los deportistas que padecen asma?
Primero, es importante hacer una valoración de la enfermedad con tu médico o neumólogo/a. Para practicar una actividad deportiva de forma segura, es necesario evaluar la gravedad del asma y posiblemente sea necesario un tratamiento para reducir la inflamación y la obstrucción de los bronquios.
Una vez el asma esté controlada, y sabiendo cómo gestionar el tratamiento en caso de un ataque, hay luz verde para hacer deporte. El asma inducida por el ejercicio no debería ser un motivo para abandonar la actividad física. De hecho, podrás prevenirla:
Tomando un medicamento protector antes del ejercicio, si fuera necesario, recetado por tu médico
Teniendo a mano el tratamiento de emergencia y pudiendo tomarlo ante los primeros signos
Realizando un calentamiento gradual, respirando si es posible por la nariz para calentar el aire inspirado
Adaptando la intensidad del esfuerzo e hidratándote regularmente durante la actividad deportiva
Teniendo muy en cuenta las condiciones atmosféricas: viento, tiempo seco o muy frío…
Reduciendo gradualmente el esfuerzo
¿Cuáles son los deportes más adecuados cuando se tiene asma?
Elegir un deporte adecuado es fundamental para evitar ataques de asma. Se recomiendan los de resistencia, ya que fortalecen los músculos respiratorios y la capacidad pulmonar. De este modo, favorecen una mejor respiración, y contribuyen a no quedarse sin aliento durante el ejercicio, siempre que se practique entre 30 y 40 minutos de deporte, 2-3 veces por semana:
Correr, caminar, andar en bicicleta, nadar, aquagym, yoga, artes marciales…
Deportes de equipo, como voleibol, balonmano, siempre que se caliente bien previamente
Danza, tenis, gimnasia, escalada, etc.
¡Ojo! Determinadas actividades deportivas pueden no ser adecuadas en casos de asma. Por ejemplo, no se recomienda montar a caballo a personas asmáticas con alergia al pelo de caballo y al heno. También se debe evitar la práctica de deportes de invierno, pues el aire frío y seco puede provocar un choque térmico en los bronquios y desencadenar un ataque de asma.
Por último, encuentra nuestros consejos para una rutina deportiva adecuada y no olvides que puedes pedir consejo a tu médico o farmacéutico sobre cómo hacer deporte en las mejores condiciones.
*Artículo traducido por Celia Núñez, redactado originalmente en francés por Léa Fillion.