La hipertensión es una de las enfermedades más comunes en personas mayores, casi un 50% de las personas mayores de 65 años padecen de hipertensión. Esta enfermedad es un enemigo silencioso, ya que suele ser asintomática, así que no duele y podemos padecerla sin notarlo.
La hipertensión se diagnostica cuando se tiene la presión arterial elevada de forma prolongada en el tiempo. Es una enfermedad crónica, pero se puede tratar para conseguir controlar los valores de la presión arterial y así prevenir complicaciones.
Tener la tensión arterial elevada durante mucho tiempo puede desencadenar en complicaciones, una de las principales es la arterosclerosis. Básicamente se debe a que las arterias se endurecen debido a la presión más elevada que tienen que resistir.
Causas de la hipertensión
La hipertensión arterial puede ser de origen primario, es decir, que no es consecuencia de otra cosa, y hay algunos factores que predisponen más a padecerla:
- Herencia. Nuestros genes influyen también en la hipertensión, por eso las personas cuyos padres son hipertensos tienen más predisposición.
- Sexo. Los hombres tienen más tendencia a tener la presión arterial elevada que las mujeres.
- Edad. Conforme nos hacemos mayores, vamos ganando puntos para tener la tensión más alta. Aproximadamente, un 20% de la población entre 45 y 65 años tiene hipertensión, y casi el 50% en personas mayores de 65 años.
- Raza. Igual que nuestra herencia genética, nuestra raza también influye en tener más propensión a sufrir hipertensión. La raza negra tiene el doble de posibilidades a tener tensión arterial alta que la blanca.
Pero también puede ser como complicación de otra enfermedad, en este caso se habla de hipertensión secundaria y puede ser debida a enfermedades renales, coronarias, trastornos hormonales, etc.
Ir controlando los niveles de tensión es una buena forma de estar tranquilos, la dieta y el deporte nos pueden ayudar a tener unos buenos valores, y en caso de tenerla elevada, el médico nos recomendará que tratamiento seguir.
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