¿Qué son los disruptores endocrinos? ¿Cómo minimizar la exposición a ellos?

Escrito por Mar Santamaria Sala el 05/12/2023

Comida con platos saludables: Frutos rojos, crema de verduras y ensalada con legumbres

Están por todas partes: en el aire que respiramos (contaminación), en los alimentos que ingerimos, en las prendas que vestimos... ¡Y hasta en el polvo de casa! Hablamos de los disruptores endocrinos.

¿Qué son los disruptores endocrinos?

Los disruptores endocrinos son sustancias, omnipresentes en el medio que nos rodea, con capacidad para “hackear” nuestro sistema hormonal. Las hormonas son un importante sistema de mensajería en el cuerpo. Y, los disruptores, pueden “suplantar su identidad” y alterar el sistema de comunicación hormonal que regula muchas funciones fisiológicas. Como todo, dependerá de la dosis de exposición a estas sustancias.

¿Por qué arman tanto revuelo y se habla de ellos cada día más?

Lo que es un hecho bien probado es que, en menor o mayor medida, los disruptores endocrinos nos acompañan de la noche a la mañana. Algunos de ellos, con gran afinidad por nuestro tejido graso, hasta pueden permanecer durante años en el organismo, habiendo quedado “almacenados” a pesar de que dicho contaminante ya esté regulado y totalmente prohibida su utilización en la actualidad.

Un ejemplo de ello son los cloropirifos (cuyo nombre impronunciable ya nos pone en alerta). Unos pesticidas prohibidos en la Unión Europea en 2020 por su peligrosidad a dosis altas. Pero que aún podemos encontrar rastro de ellos, en pequeñas cantidades, en nuestro tejido adiposo (tejido graso).

Los disruptores también afectan a los animales y al ecosistema. Son un problema de Salud Pública y Ambiental. Llegados a este punto, es un tema que puede suscitar una gran preocupación. Y con razón. Pero, entre llegar a este extremo de temor y hacer caso omiso del problema que nos rodea, existe un punto medio: la prudencia y el sentido común. Sin obsesionarnos, podemos tomar algunas medidas para minimizar la exposición a estas sustancias y, así, contribuir a cuidar de nuestra salud.

Consejos para combatir los disruptores endocrinos

  1. Aspira los suelos; es mejor que barrerlos. Así, no inhalamos el polvo que se genera dentro de casa.

  2. Ventila bien el domicilio y lugar de trabajo a diario, para evitar que los contaminantes queden retenidos en el interior.

  3. El aire exterior de ciudades y núcleos urbanos no es, precisamente, el paradigma del aire puro. Contar con un sistema de purificación del aire (filtros de aire) es una buena idea.

  4. La alimentación es una fuente de entrada de disruptores endocrinos. Reduce o evita el consumo de productos muy procesados (a más procesamiento de un alimento, más carga de sustancias poco saludables, incluidos los disruptores).

  5. Prioriza los alimentos frescos, de temporada y de proximidad (por la misma razón anterior)

  6. Incorpora algún alimento ecológico a la cesta. No es viable llenar todo el carro de la compra con alimentos “eco”, por su precio elevado y disponibilidad limitada. Pero sí puedes optar por algunos alimentos. Su valor nutricional será el mismo, pero el aporte de pesticidas es menor.

  7. Lava y pela bien las frutas y verduras, para eliminar los pesticidas que pueda haber en la piel.

  8. Siempre que sea posible, escoge envases de vidrio a la hora de conservar y almacenar alimentos (el vidrio es un material más inerte y con una vida útil más duradera).

  9. No rasques las latas de conserva para sacarles el contenido: te estarás comiendo algo más que unos berberechos o una porción de atún.

  10. Que tu dieta sea variada: así disminuyes el riesgo de exposición a un mismo contaminante.

  11. Limita frituras y tostados (por su aporte en acrilamida), así como los alimentos quemados y requemados (la parte negra está repleta de benzopirenos y son cancerígenos).

  12. Niños y mujeres embarazadas o lactantes deben evitar el consumo de pescado de gran tamaño por la acumulación en metales pesados que contienen: atún rojo, pez espada, lucio... Es mejor consumir pescado azul de tamaño pequeño.

  13. Lleva a reciclar las paelleras viejas que tengas en casa y reemplázalas por unas nuevas.

  14. A la hora de vestir, prioriza la ropa hecha a con tejidos naturales y producción de proximidad. Evita la tentación de la “fast fashion”: no es ni sostenible, ni saludable. Al final de su vida útil, deposita la ropa en puntos de reciclaje.

  15. ¡Ejercítate! Así harás que trabajen mejor los órganos encargados de eliminar toxinas y contaminantes. 

Por otro lado, la cosmética ha estado (y está) en el punto de mira, como una vía de exposición a sustancias que puedan ejercer como disruptores endocrinos. Recientemente, se ha hablado mucho del potencial disruptor de algunos filtros solares. La buena noticia es que, en nuestro entorno, el sector cosmético está extremadamente regulado y controlado.

Los ingredientes cosméticos se someten periódicamente a estudios y evaluaciones de seguridad. Así pues, si los utilizas correctamente, puedes disfrutar de ellos con tranquilidad. No olvidemos que ¡la exposición excesiva al sol sí es carcinogénica! Por lo que no vale la pena que nuestra piel corra un riesgo mayor, evitando el uso de la fotoprotección tópica.

En relación a los disruptores, recomiendo extremar las precauciones frente a aquellas fuentes de exposición “menos controladas” (como la salubridad del aire, un problema mayúsculo y que respiramos a diario) y sobre las que podemos incidir más fácilmente, como las enumeradas en los puntos anteriores.