Durante los meses de buen tiempo (y sobre todo ahora que viene el verano) deseamos disfrutar al máximo de las buenas temperaturas, de los paseos al sol, salidas a la playa, a la montaña, quedadas con amigos y familiares… Pero es en estos momentos cuando nuestra piel queda expuesta (más que nunca) a los rayos del sol. Si no tenemos en cuenta su prevención, nos pueden causar daños y llevarnos a problemas graves en la piel. Por eso, queremos que sepas cómo se debe utilizar correctamente el protector solar.
Claves para utilizar correctamente el protector solar
Para mantener tu piel bonita y en buen estado, sigue nuestros consejos:
- Elige correctamente el factor de protección solar dependiendo de tu tipo de piel. Puedes ayudarte de nuestro test de productos solares para saber el más adecuado.
- Aplica la crema solar entre 15 y 20 minutos antes de la exposición, así tu piel podrá absorberla bien y la protegerás correctamente.
- Piensa en las zonas más escondidas a la hora de aplicar la crema, como las orejas, los párpados y detrás del cuello. Además, la nariz (sobre todo el puente y la punta) también necesita protección extra, ya que se suele quemar más que el resto de la cara.
- Pon más atención al pecho y a los hombros, ya que, están más expuestas al sol, igual que detrás de las rodillas en verano (una de las zonas más olvidadas y donde se suelen sufrir quemaduras).
- Protege la piel desde dentro con nutricosmética solar. Los beneficios de la nutricosmética solar son muchos, entre ellos aumentar las “defensas” solares y evitar quemaduras.
Protector solar facial en el cuerpo
¿Sí o no? Si no tienes nada más a mano, puedes usar un fotoprotector facial en el cuerpo. Pero te recomendamos no hacerlo. En el mercado hay muchas opciones especialmente ideadas para proteger el cuerpo, algunas incluso con beneficios extra como protección contra picaduras de mosquito, de medusa o propiedades cosméticas reafirmantes y anticelulíticas. ¡Hay mucho donde elegir!
Por eso tampoco te recomendamos usar el producto protector solar corporal en la cara, ya que esa zona tiene necesidades distintas. De hecho, la piel de la cara es mucho más sensible que la del cuerpo y más propensa a sufrir los efectos de la exposición solar: quemaduras, sequedad, aparición de arrugas prematuras, etc. Los protectores solares faciales son mucho más ligeros y suelen llevar un extra de ingredientes antioxidantes.