Sí, hoy proponemos compartir la rutina madre e hija, algo que sabemos que ya pasado en más de una casa, y no solo hablamos de rutina facial, también capilar, alimenticia... Eso sí, siempre con sentido común, ya que no todo es recomendable para todos los tipos de piel.
Tanto si ya eres una entusiasta del cuidado de la piel como si acabas de empezar, esta rutina está diseñada para ser inteligente y agradable, porque la belleza no conoce edad y los momentos compartidos son los más preciados. Así que relájate y prepárate para descubrir la magia de nuestra rutina de cuidado de la piel madre-hija.
¿Por qué cambia la piel con el paso del tiempo?
La piel sufre los efectos del paso del tiempo, así como las fluctuaciones hormonales. Ya sea debido al envejecimiento natural, a las alteraciones provocadas por los tratamientos, los ciclos menstruales o a toda una serie de cambios hormonales experimentados durante la adolescencia, el embarazo, la lactancia o la menopausia, el aspecto de la piel evoluciona.
La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y está formada por tres capas de tejido: la epidermis, la dermis y la hipodermis. Aunque la epidermis refleja visiblemente el estado de salud de la piel, el proceso de envejecimiento tiene lugar principalmente en la dermis. La hipodermis contiene reservas de grasa, terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos.
Cuando la dermis es joven y sana, produce grandes cantidades de colágeno y elastina, dos proteínas esenciales que garantizan la resistencia, estructura y flexibilidad de la piel. Esta capa de la piel también contiene ácido hialurónico, que ayuda a mantener su densidad. Pero a lo largo de la vida, la producción de colágeno, elastina y ácido hialurónico disminuye progresivamente. A partir de los treinta años, las proteínas que mantienen la piel firme y elástica (colágeno y elastina) empiezan a disminuir a medida que se ralentiza la producción natural del organismo, lo que provoca la aparición de signos de envejecimiento como líneas de expresión y arrugas. Se trata de un proceso inevitable y normal del envejecimiento, que se puede favorecer utilizando productos que ayuden a restaurar y estimular la producción de colágeno y elastina.
¿Cómo puedo mantener mi piel sana a cualquier edad?
Como hemos visto, la piel reacciona tanto a los mecanismos internos naturales como a su entorno externo. Hay cosas muy sencillas que podemos hacer para ayudar a la piel a superar estos cambios día tras día:
Dormir, el sueño es un antienvejecimiento natural. Durante el sueño se produce la hormona del crecimiento, que favorece la regeneración celular en los adultos y la eliminación del tejido graso.
Mantente hidratada, con productos adecuados a tu tipo de piel, pero también bebiendo la cantidad adecuada de agua (al menos 1,5 litros al día).
Seguir una dieta sana, que incluya frutas y verduras ricas en agua y fuentes de vitaminas para mantener la piel sana, alimentos ricos en antioxidantes para combatir los radicales libres y grasas saludables para mantener la piel hidratada.
Paso 1: Doble limpieza
Es simplemente el primer paso para liberar la piel de las impurezas acumuladas a lo largo del día. Por eso es esencial desmaquillarse a diario, mañana y noche (sin excepción), utilizando un producto de base oleosa como un aceite, un bálsamo, una leche o una crema para eliminar las impurezas y el maquillaje. A continuación, utiliza otro producto limpiador, como una mousse o un gel, para eliminar las impurezas hidrosolubles (sudor, contaminación, células muertas, bacterias).
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Paso 2: piense en el sérum
Formulado con una alta concentración de ingredientes activos, un sérum es imprescindible para combatir las imperfecciones, reducir las arrugas, calmar las rojeces o potenciar la luminosidad... todo depende de sus necesidades y de su tipo de piel. Su textura ligera permite una rápida absorción para una máxima eficacia.
Nos encanta: A-Derma Biology Hyalu Sérum 3-en-1 30ml, un sérum hidratante rico en ácido hialurónico vegetal con efecto rellenador. Su fórmula minimalista con 9 ingredientes puede utilizarse también en el contorno de ojos.
Paso 3: Hidratar una y otra vez
Nunca se repetirá lo suficiente, pero absolutamente todos los tipos de piel necesitan hidratación, solo que la textura cambiará según el tipo de piel. Al igual que el sérum, la crema hidratante se aplica con masajes circulares, mañana y noche, sobre la piel limpia.
Nos encanta: Avene Hyaluron Activ B3 Crema Regeneración Celular 50ml, una crema concentrada en ácido hialurónico y niacinamida con acción antiarrugas y reafirmante garantizada. El Fluido Hidratante Avene Tolerance Hydra-10 40ml, de textura ligera, está elaborado exclusivamente a partir de ingredientes biomiméticos presentes en la piel.
No dudes en añadir una crema de contorno de ojos para reducir las ojeras y refrescar la mirada.
Paso 4: No olvides la protección solar
Aunque no hagamos una exposición directa al sol, los rayos solares penetran a través de las nubes y dañan las células, provocando el envejecimiento prematuro de la piel. Por eso es buena idea aplicarse protección UV todas las mañanas, en verano y en invierno, antes de salir.
Nos encanta: Foto Ultra ISDIN® Age Repair Fusion Water SPF50+ 50ml, un protector solar con textura ultraligera que ayuda a proteger, reparar y combatir la oxidación de la piel.
A esta rutina de cuidado de la piel, puedes añadir un exfoliante y una mascarilla una vez a la semana.
Nos encanta: Klorane Mascarilla En Stick a la Menta Bio y Arcilla 25gr, una mascarilla que ayuda a purificar y matificar la piel.
Eso sí, es importante que tengas en cuenta que esta rutina puede servirte de guía, pero depende de ti personalizar la elección de los productos en función de tu piel, tu edad y la estación del año.
En resumen, recuerda mantener las bases de una buena rutina de cuidado de la piel: sueño, nutrición e hidratación, y adapta tu rutina en función de las necesidades actuales de tu piel. Las pieles más jóvenes pueden necesitar más ingredientes purificantes y antiseborreicos, mientras que las pieles más maduras tenderán a necesitar fórmulas más cremosas centradas en la hidratación y la estimulación del colágeno.