Con el collarín cervical rígido podemos tratar lesiones cervicales de carácter más grave, como traumatismos cervicales o lesiones espinales ya que la inmovilización es mayor. De esta forma evitarnos la flexión y la rotación del cuello, impidiendo que aumente la gravedad de la lesión.
Además de inmovilizar la zona cervical, los collarines rígidos nos ayudan a mantener una posición cervical correcta durante una lesión, aliviando la presión sobre los discos invertebrales y relajando los músculos de la zona cervical. Este tipo de collarín siempre debe ser indicado por un especialista, ya que la total inmovilización de la zona medular o utilizarlo durante más tiempo del necesario pueden provocar graves daños cervicales.