Los aparatos antimosquitos son especialmente utilizados durante la noche, en la habitación en la que dormimos. Gracias a estos antimosquitos eléctricos podemos evitar que nos despierten los incómodos zumbidos de los mosquitos y que nos piquen mientras descansamos.
A diferencia de otros eléctricos antimosquitos convencionales, los repelentes ultrasónicos no contienen líquido o pastillas con sustancias químicas que repelan a los mosquitos, si no que lo hacen mediante la emisión de ultrasonidos, imperceptibles para las personas, que crean una atmósfera protectora en el lugar donde se encuentran. Aunque generalmente no son perjudiciales para la salud, es aconsejable ponerlos en una zona alejada de la cama, para no aspirar el producto durante toda la noche.
Algunos repelentes eléctricos, como los repelentes ultrasónicos, sí que pueden utilizarse en habitaciones infantiles, para proteger a los más pequeños de las molestas picaduras de los mosquitos, ya que no contienen ningún tipo de ingrediente químico. Sin embargo, algunos otros no son recomendables, como es el caso de los antimosquitos convencionales que funcionan con pastillas o soluciones muy agresivas y toxicas para los niños y, especialmente, para los bebés.
Es importante mantener los antimosquitos eléctricos convencionales alejados de bebés y niños menores de tres años, ya que podrían irritar sus mucosas y ser perjudiciales para su salud.