El té verde es una bebida natural muy consumida ya que no está fermentado, por lo que mantiene sus componentes naturales prácticamente como en su estado natural. Tienen importantes propiedades antioxidantes que, de acuerdo al uso tradicional, ayudan a retrasar el envejecimiento. Además, se trata de un té depurativo y digestivo, que sirve tanto para favorecer la eliminación de líquidos como la bajada de peso. Es rico en minerales, sodio, flúor y vitaminas A, B y C, por lo que también puede ayudar a reforzar el sistema inmunitario para protegerse. Debido a su efecto estimulante no se recomienda que lo tomen personas nerviosas, con enfermedades cardíacas o hipertensión, ni tampoco personas con enfermedades gástricas.
Es uno de los más conocidos y consumidos debido a sus múltiples propiedades, según el uso tradicional. Es antioxidante, por lo que ayuda a protege al cuerpo de los radicales libres; es astringente, ideal para el sistema digestivo; es diurético, contribuye a eliminar líquidos; es bajo en calorías y además es estimulante.
El té blanco es el favorito de mucha gente por su exquisito sabor y aroma, ya que se prepara utilizando solo los brotes más tiernos, que es donde se concentra la mayor parte de la sustancia de la planta. Los brotes tienen un recubrimiento de color blanco, de ahí el nombre de este té. Es antioxidante, también ayuda a las funciones diuréticas del organismo y contiene poca cantidad de teína.
Este té tiene un sabor muy característico y fuerte y tiene un color rojizo oscuro. Es ideal para ayudar a mantener bajo control las grasas del organismo, ya que contribuye a mantener los niveles normales de colesterol y de grasa en la sangre. Favorece las propiedades diuréticas del organismo y también ayuda a aliviar digestiones pesadas.