Los probióticos son microorganismos vivos, bacterias o levaduras que, administrados en las cantidades adecuadas, ofrecen un beneficio a la salud de quien los toma (según la Organización Mundial de la Salud). Los encontramos en ciertos alimentos, medicamentos o suplementos dietéticos. Cuando se ingieren, alcanzan el tracto digestivo y contribuyen al equilibrio de la microbiota intestinal. También ayudan al funcionamiento correcto del sistema inmune. Serán de gran utilidad como coadyuvantes en caso de diarreas o alteraciones de la flora bacteriana. Deberemos tener en cuenta el tipo de bacterias que contiene el producto, así como la cantidad, para asegurar que sobreviven a los ácidos gástricos y alcancen el intestino para cumplir allí su función. Mar os habla de los probióticos y cómo tratar desórdenes de la flora intestinal.
Pregunta: Quiero saber qué tipo de probiótico es el adecuado para mi caso. Tengo tendencia a la diarrea y cada 10 días, aproximadamente, voy al baño y de repente tengo diarrea en esa deposición.
Comentario: ¿Has realizado algún viaje a un país tropical? ¿Has tenido fiebre u otro tipo de malestar? ¿Te ocurre desde hace poco o, por el contrario, es un patrón “habitual”? Son preguntas que deberíamos hacernos si sospechamos de una posible infección adquirida durante un viaje o por consumo de alimentos (o bebidas) que pudieran contener microorganismos patógenos. Si la respuesta a alguna de las dos primeras es afirmativa, acudiremos al médico para una exploración más completa y los análisis pertinentes.
La utilidad de las bacterias buenas
A diferencia de la situación anterior, existen otros cuadros leves de origen no infeccioso que responden a una disbiosis de la flora bacteriana. Es decir, una alteración de las bacterias beneficiosas que habitan de manera normal en el intestino (y, de hecho, a lo largo de casi todo el aparato digestivo). Sin una población equilibrada de estas bacterias “buenas”, no podríamos realizar funciones como la metabolización y asimilación de algunos nutrientes, la correcta respuesta inmunitaria e incluso la síntesis de vitaminas importantes. Las funciones que desempeñan las bacterias saludables en el organismo despiertan cada vez mayor interés. Factores como el estrés prolongado, el deporte muy intenso o una alimentación poco adecuada pueden modificar su presencia y cantidad relativa (respecto a otro tipo de microorganismos menos beneficiosos). Por consiguiente, la barrera intestinal se vuelve más permeable a tóxicos y alérgenos.
Los alimentos que actúan como prebióticos y nutren la flora bacteriana son, sobre todo, las verduras ricas en inulina (un tipo de fibra) y cocidas al vapor (alcachofas, espárragos, puerro…) y las legumbres (2 raciones a la semana). Por contra, los azúcares refinados y el exceso de grasas saturadas o alimentos lácteos pueden favorecer un entorno intestinal menos salubre. Por otro lado, consumir los microorganismos vivos y en la cantidad apropiada, los llamados probióticos, también ayuda a repoblar la flora bacteriana. En el mercado encontramos muchos productos que contienen probióticos, pero debemos seleccionar las cepas (tipo de bacterias) adecuadas para cada necesidad. Algunas bacterias tendrán preferencia por un determinado hábitat (dentro del propio tramo digestivo o, incluso, migrando a otras zonas como la flora vaginal) y favorecerán unas funciones más que otras. También se debe tener en cuenta el número de cepas distintas y la cantidad en la que están presentes (para asegurar que sobreviven a los ácidos gástricos y alcanzan el intestino).
Para el caso de diarreas leves e intermitentes (por ejemplo, después de la toma de antibióticos y habiendo descartado las infecciones más graves que comentábamos al principio) te recomiendo Lactibiane Référence Pileje 30cáps además de seguir los consejos dietéticos indicados. Una vez abierto el envase o durante la estación veraniega, es mejor conservarlos en la nevera para asegurar su viabilidad. De nuevo, destaco la importancia de acudir al médico si persisten los síntomas y no se resuelven.