Las digestiones difíciles son parte también del verano y las vacaciones. Si durante el año el estrés y las obligaciones muchas veces te obligan a comer mal y rápido, en verano se come a destiempo, las reuniones con amigos y familiares abundan dando lugar a comidas copiosas y las salidas a la playa o la piscina provocan comer cualquier cosa. Asegurarse una buena digestión, el proceso mediante el cual transformamos los alimentos consumidos en sustancias que aportan energía al organismo, es vital para contar con un estado de salud óptimo.
El cambio de horarios y de hábitos alimenticios desajustan el aparato digestivo y hace que el proceso de procesar los alimentos sea lento y pesado, lo que provoca malestar. Irritación de estómago, ardores, reflujo, dolor de estómago, dolor de cabeza o migrañas. Son algunos de los síntomas de una mala digestión.
Causas de una mala digestión
Mala ingestión de los alimentos. Tragar aire al comer y no masticar los alimentos lo suficiente provoca que le estómago genere gases y que las digestiones sean lentas ya que los alimentos han de estar más tiempo en el estómago para ser procesados. Además, puede que cuando lleguen al intestino aún no estén lo suficientemente procesados.
Carencia de enzimas digestivas. En el proceso de descomponer los alimentos están implicadas sustancias enzimáticas estomacales, pancreáticas y biliares. La carencia de alguna de éstas hace que la digestión sea más lenta y produzca más gases en el estómago y en el intestino.
Exceso de ácido clorhídrico. Produce acidez de estómago y dolor porque la mucosa estomacal es incapaz de resistir este ácido.
Flora intestinal en mal estado. El exceso, carencia o desequilibrio de las diversas especies que conviven en nuestro intestino puede asociarse a gases, diarreas, estreñimientos y dolor.
Alimentación inadecuada. El exceso de alimentos grasos, alimentos procesados industrialmente y abusar de los fritos. Los alimentos muy picantes tampoco favorecen una digestión rápida.
Comidas copiosas. Si sobrecargas el estómago, necesitará más tiempo para hacer bien la digestión.
Intolerancia a ciertos alimentos. Hace que el estómago se inflame y provoca indigestión, gases y flatulencias.
Comer muy rápido. Cuando comes de una manera rápida y compulsiva, aparte de no triturar bien los alimentos, no das tiempo a que el cerebro envíe la señal que indique que estamos saciados por lo que, además, comeremos en exceso.
Enfermedades del aparato digestivo: la gastritis, la gastroenteritis y otras enfermedades del estómago son una causa común de digestión pesada.
Buenos hábitos para una digestión rápida
Comer despacio y masticar bien. Así evitarás tragar aire que inflará el estómago.
Evitar las comidas copiosas. Mejor hacer cinco comidas pequeñas que no tres abundantes. Además, de esta manera mantendrás siempre el metabolismo activo.
Evitar las bebidas excitantes y las frías para mantener la temperatura del proceso de digestión a 37ºC.
Cenar pronto (o varias horas antes de ir adormir) para que la digestión no te pille durmiendo y se ralentice.
Llevar una dieta equilibrada. Bebe los dos litros de agua recomendados combinados con plantas diuréticas como el té verde o la cola de caballo. Toma alimentos ricos en fibra para regular el tránsito intestinal y evitar el estreñimiento. Incluye alimentos antioxidantes (espinacas, zanahorias, uvas…), con potasio (aguacate, plátano, chocolate…) y ácidos grasos poliinsaturados (frutos secos, aceites vegetales, pescado azul).
Aceites esenciales para mejorar la digestión
Los aceites esenciales son un remedio natural para combatir las digestiones lentas y pesadas. Se pueden ingerir siempre que sean ser puros, no adulterados, y debe indicarse que se pueden usar tal finalidad en su ficha de producto. Son extractos muy concentrados y se deben seguir las indicaciones del fabricante y tomar la dosis correcta.
Según Mar Santamaria, farmacéutica de PromoFarma, el aceite esencial de manzanilla romana es el más indicado para tratar la acidez estomacal. La albahaca exótica, por vía tópica, diluyendo unas pocas gotas en un aceite vegetal, y realizando un masaje localmente sobre el vientre. La menta piperita también tienen propiedades que ayudan a combatir los problemas digestivos y a disminuir los dolores y gases. Además, para digestión pesada existen unas cápsulas que incluyen varios aceites esenciales eupépticos.
Los menores de 6 años y las mujeres embarazadas no deben emplear los aceites esenciales por vía oral ni tampoco la menta piperita, aunque sea por vía tópica. En el caso de las perlas de menta, se recomienda su uso a partir de los 12 años.