La camomila, también conocida como manzanilla, es una planta herbácea que pertenece a los géneros Chamomilla o Matricaria. Tradicionalmente, ha sido muy utilizada en distintas aplicaciones y es conocidísima para la preparación de infusiones digestivas y como aclarante para el cabello. La parte utilizada de la planta es el capítulo floral (la típica "flor" de camomila que recolectamos en un paseo por el campo), cuyo aceite esencial es rico en sustancias como el bisabolol o el camazuleno (que confiere una coloración azul muy característica al aceite esencial). También contiene flavonoides, polisacáridos y cumarinas. Las propiedades de estas sustancias son muy variadas: antioxidantes, antibacterianas, antiinflamatorias, espasmolíticas...
En forma de infusión o complemento alimenticio, como decíamos, la manzanilla se asocia con el alivio de molestias digestivas leves. También puede servir para realizar enjuagues bucales en caso de irritación de la mucosa oral o de la garganta. Asimismo, para los más pequeños, la camomila puede ayudar a reducir las molestias causadas por la dentición. En niños, los productos y dosis que se utilicen deben ser específicos para ellos, en función de la edad y las indicaciones de cada producto. En caso de dudas, es indispensable consultar con un/a profesional sanitario/a para adecuar la recomendación en cada caso.