El aceite de krill es un ácido graso esencial que se extrae del crustáceo y que contiene ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA), astaxantina, un potente carotenoide, responsable del color rojo del aceite. El krill ayuda a mantener un buen equilibrio celular, además tiene una función prebiótica, ya que es una fuente de alimento para la flora intestinal y ayuda a mejorar la memoria. Tiene un efecto antioxidante. Contiene propiedades antiinflamatorias.