Bioderma Photoderm Crema SPF50+ Invisible 40ml
unidades limitadas
Para pieles sensibles y con alergias solares
100 ml
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Bioderma Photoderm LEB SPF30 100ml está diseñada para responder a las necesidades de las pieles sensibles al sol, incluidas las alergias solares como la lucitis benigna de verano, para prevenir las reacciones cutáneas y favorecer la adaptación progresiva de la piel a la exposición solar.
Proporciona una alta protección contra los rayos UVA cortos y largos, así como contra los rayos UVB. Gracias a la patente Sun Active Defense, refuerza las defensas naturales de la piel frente a los rayos UVA y preserva su capital solar. Esta crema contiene azúcares hidratantes y glicerina para una hidratación duradera, así como ectoína y un extracto de algas con propiedades antiinflamatorias y antioxidantes para combatir el estrés oxidativo provocado por la exposición al sol.
Agitar antes de usar.
Aplicar uniformemente la cantidad de dos dedos sobre la piel limpia del rostro, cuello y escote, 30 minutos antes de la exposición solar.
Evitar cualquier contacto con los ojos.
Masajear hasta su completa absorción.
Para mantener la protección, repetir cada 2 horas o después de cada baño, sudar o secarse.
Aqua/water/eau, dicaprylyl carbonate, Diisopropyl sebacate, methylene bis-benzotriazolyl Tetramet hylbutylphenol [nano] , butyl Methoxydibenzoylmethane, glycerin, propanediol, Bisethylhexyloxyphenol methoxyphenyl triazine, Microcrystalline cellulose, decyl glucoside, c20-22 alkyl Phosphate, c20-22 alcohols, pentylene glycol, cetearyl Alcohol, 1,2-hexanediol, caprylyl glycol, xanthan gum, Sodium citrate, cellulose gum, coco-glucoside, ectoin, Mannitol, xylitol, o-cymen-5-ol, propylene glycol, citric Acid, rhamnose, sodium hydroxide, tocopherol, Aminoethanesulfinic acid, fructooligosaccharides, sodium Metabisulfite, caprylic/capric triglyceride, laminaria, Ochroleuca extract, [bi 656]
Utilizar crema solar es imprescindible para proteger la piel y evitar que los rayos UVA y UVB penetren en ella. Gracias a los filtros solares que incluyen los protectores solares se crea una barrera en la piel que la protege de irritaciones, quemaduras, alergias o enrojecimientos. Para que la fotoprotección sea efectiva, hay que aplicarla en cantidades suficientes y extenderla de forma homogénea en toda la superficie cutánea.
Además, debemos reaplicarla cada 2 horas, después del baño, de realizar actividad física o de haber sudado. También es importante no exponerse al sol durante las horas centrales del día (entre las 12:00h y las 16:00h) y evitar que los infantes y bebés tomen el sol de forma directa. Además de esto, debemos tener en cuenta que el sol es el responsable del envejecimiento de la piel y la sobreexposición a sus rayos es causa de fotoenvejecimiento, produce daño oxidativo y favorece la aparición de enfermedades cutáneas. Se puede reforzar esta acción protectora con la ingesta de complementos alimenticios, junto a una dieta equilibrada y el uso de accesorios como gafas de sol o sombreros de ala ancha.
Será en el rostro donde más debamos incidir con el protector solar, utilizando uno especialmente diseñado para esta, ya que, esta piel es más fina y sensible que la del resto del cuerpo. Es por ello que serán más visibles los signos perjudiciales de la acción de los rayos solares, como el envejecimiento prematuro de la piel. Además, con su aplicación evitarás que se generen manchas, mientras se protegen las proteínas, la queratina y la elastina. Por último, recuerda aplicar, tanto en rostro como en el cuerpo, un aftersun para que la piel mantenga los antioxidantes e hidratación necesarios. Si tomas medicamentos fotosensibilizantes o tienes alguna patología cutánea, el seguimiento de estas recomendaciones es especialmente importante. En todo caso, si tras la exposición solar te aparecen ampollas, fiebre o dolor de cabeza, consulta con tu médico.