Chicles producidos a partir del látex obtenido del tronco de los árboles de chicozapote, en la selva maya del Gran Petén, en el suroeste de México. Están totalmente libres de azúcar y son de producción 100% orgánica certificada, biodegradables, veganos, naturales, libres de gluten, kosher, sin conservantes, y aptos para celiacos. Su sabor a canela natural tiene una larga duración.