Para mantener una buena higiene bucal, es importante cepillarse los dientes con un dentífrico fluorado de dos a tres veces al día, después de las comidas y una de ellas por la noche. Cada una debe durar al menos 2 minutos para así asegurar una correcta limpieza. Además, podemos completar nuestra rutina de higiene bucal con el uso de un limpiador lingual, cepillo interdental y colutorio.
En adelante, también podemos utilizar dispositivos como el irrigador bucal para asegurar una limpieza más profunda. Estos aparatos funcionan mediante un sistema de agua a presión regulable que ayuda a eliminar la placa bacteriana que se adhiere en la superficie de los dientes, en el margen gingival y los espacios interdentales. Son zonas de difícil acceso solo con el cepillado, sobre todo en el caso de llevar implantes, prótesis u ortodoncia, o padecer de problemas periodontales.
Son muy sencillos de utilizar y su uso ayudará a conseguir una limpieza bucodental más profunda que reduzca la inflamación y el sangrado de encías. También contribuirá a reducir el mal aliento,en gran parte causado por las bacterias de la cavidad bucal. Recuerda que es importante acudir a las revisiones periódicas con tu dentista para asegurar una buena higiene y salud bucodental.