Exótico, muy aromático y elegante. Estrictamente no es un té aromatizado, puesto que el aroma le viene dado por la presencia de las flores de jazmín que se mezclan directamente. Su aroma es de los más suaves y es un aroma que persiste en boca en el retronasal, dejando además una sensación de limpieza en la boca.
A las propiedades del té negro se suman las virtudes tanto aromáticas, como internas de las flores de jazmín. Su aroma tiene propiedades relajantes, sin que esto signifique sedantes, ya que a la vez tiene propiedades afrodisíacas, por ser revitalizante y vigorizante. A nivel interno, al contener ácido salicílico, puede actuar como analgésico, cosa que revierte en las propiedades relajantes de su aroma.