El ácido hialurónico es un elemento que integra numerosos tejidos, como la epidermis o los cartílagos y se caracteriza por su increíble capacidad de atracción y retención del agua. Tanto es así, que es capaz de absorber hasta 1.000 veces su propio peso en agua.
En el proceso de envejecimiento natural, las cantidades de esta sustancia disminuyen de forma progresiva, por lo que la piel pierde hidratación y, con ella, elasticidad y firmeza. Lo mismo ocurre a nivel articular, donde son los cartílagos los que pierden esta capacidad de retención del agua y se vuelven más rígidos.
Precisamente, este gran poder de hidratación ha convertido al ácido hialurónico en una sustancia muy utilizada en la composición de productos cosméticos y es un gran aliado de las pieles que presentan cierta deshidratación.