Cucharas de colores llamativos que no provocarán molestias ni dolores en las encías ni en la cara del bebé. Gracias a su punta blanda, no produce irritaciones tras el constante golpe de la cuchara con la cara del pequeño. Ayuda a los pequeños a adaptarse a comer con cuchara alimentos sólidos y dejar atrás el biberón. A partir de los 4 meses de edad.