El coco tiene varias partes que pueden consumirse y estar presentes en los complementos alimenticios. Por un lado, la parte más conocida es la pulpa, de la que se extrae el aceite. Es rica en hidratos de carbono, proteínas y lípidos (de los que destacan el ácido láurico y el oleico).
El aceite extraído de la pulpa de coco es sólido a temperatura ambiente y contiene triglicéridos de ácidos grasos de cadena corta y media. Debe consumirse con moderación. Por otro lado, el agua o leche del fruto verde del coco es muy rehidratante y refrescante para el organismo.
Es importante tomar el complemento alimenticio según la dosis recomendada por el fabricante y seguir una dieta variada y equilibrada. Las personas con enfermedades cardiovasculares y/o crónicas deberán consultar antes con un profesional sanitario.