Patas de gallo, ojeras, bolsas… Está claro que la piel del contorno de ojos merece un cuidado especial. Se trata de una zona propensa a sufrir deshidratación, flacidez o inflamaciones por ser extremadamente fina y elástica.
Así pues, es importante utilizar productos cosméticos de rápida penetración y descongestionantes que contribuyan a proteger la zona del envejecimiento y ayuden a mantener su humectación. Pero no todo vale. No es para nada recomendable utilizar cremas faciales que no están específicamente diseñadas para tratar la zona, puesto que, además de no estar testadas bajo control oftalmológico, tampoco producirán los beneficios esperados. Por otro lado, empezar a tiempo es una buena defensa para la piel.
Es aconsejable comenzar a tratar la zona a partir de los 30 años, al ser esta la edad en la que el colágeno deja de producirse a los niveles anteriores y la elasticidad de la piel se ve comprometida. De esta forma, es importante utilizar cremas y sérums de efecto frío para relajar la inflamación de las bolsas, con micropigmentos o minerales de efecto antiojera o reafirmante que ayuden a aportar más fibras de soporte a esta fina dermis. Por último, habituarse a llevar gafas de sol, acudir asiduamente al oftalmólogo o usar productos con fotoprotección, son acciones que contribuyen a cuidar del contorno de los ojos de forma óptima y a evitar su deterioro.