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Enviado por DocMorris
Consejo Farmacéutico
El mantenimiento de un peso saludable se basa en estos dos hábitos saludables: seguir una dieta equilibrada (si hay que realizar dieta restrictiva o hipocalórica, la deberá pautar tu médico/a o nutricionista) y tener un estilo de vida activo (que incluya la práctica de ejercicio físico adaptado a cada persona y condición).
En cualquier plan de pérdida o mantenimiento de peso es necesario evaluar previamente los antecedentes de enfermedades y otros indicadores del estado de salud. Y, por supuesto, llevar a cabo una supervisión del proceso. Todo ello para evitar carencias nutricionales y el temido efecto rebote. La salud prevalece siempre respecto a la cuestión estética.
Existen complementos alimenticios que pueden apoyar el proceso de pérdida de peso, sin sustituir una dieta sana y equilibrada. Algunos se basan en ingredientes ricos en fibras, con efecto saciante si los tomamos con agua, y que a la vez reducen la absorción intestinal de parte de los nutrientes (de naturaleza grasa o glucídica). Si tomas medicación, recuerda que hay que distanciar la toma del complemento de la de la medicación, para que no haya interferencia. Por otro lado, los ingredientes termogénicos estimulan el metabolismo de las grasas (lipólisis), para contribuir así a evitar su excesiva acumulación en el tejido graso. Otros ingredientes como determinadas cepas probióticas ayudan a mantener la microbiota intestinal sana. Finalmente, algunos extractos de plantas con propiedades diuréticas y depurativas dan soporte a los órganos con función detoxificante. En un mismo complemento alimenticio podemos encontrar varios ingredientes que actúan de forma conjunta.
Con respecto a los batidos, snacks u otras preparaciones sustitutivas de comidas, estos productos sirven para llevar a cabo un plan dietético con aporte calórico y de nutrientes y micronutrientes más controlado (en el contexto de una dieta hipocalórica). Contienen proteínas de alto valor biológico para evitar la pérdida de masa muscular, que es precisamente la que queremos mantener y potenciar en cualquier etapa de la vida. En este sentido, hay que seguir siempre la pauta de un profesional de la salud.
Para la población general, los mejores consejos nutricionales son: basar la dieta en alimentos frescos y de temporada, así como alimentos con alta densidad nutricional; y reducir el consumo de ultraprocesados. Adquirir nuevas habilidades en planificar las comidas es un aprendizaje que nos permite tener una dieta más saludable a largo plazo. La Dieta Mediterránea es una fuente de inspiración y la mejor guía en este sentido.
Finalmente, contar con apoyo psicológico en un proceso de pérdida o mantenimiento de peso puede ser clave para identificar pensamientos y emociones condicionantes que estén influyendo en nuestra conducta alimentaria. Nutrirse bien necesita algo de tiempo y conocimiento para adquirir hábitos saludables. Merece invertir en ello, porque es la base de nuestro bienestar. Desconfía de las soluciones rápidas o milagrosas para alcanzar un peso saludable. Pueden comprometer tu salud.