Aceite de monoi de Tahití. Elaborado a partir de la flor del tiaré, está indicado en la hidratación de la piel, gracias a su acción nutritiva que actúa desde el interior de las células. Su textura es muy fluida y se reparte de manera uniforme por la epidermis, sin dejar restos grasos, ni manchas en la ropa. Apto en el uso tras la exposición solar y para mejorar los cutis secos o castigados por los factores climáticos.