La vitamina D es una vitamina liposoluble, es decir, soluble en grasas. Generalmente se presenta en 2 formas: vitamina D2 o ergocalciferol y vitamina D3 o colecalciferol (la forma más asimilable).
La vitamina D3 contribuye al mantenimiento de huesos y músculos sanos, así como al mantenimiento del funcionamiento adecuado del sistema inmunológico.
Este complemento alimenticio ayuda al cuerpo a absorber el calcio, una de las principales sustancias necesarias para tener huesos fuertes. Junto con el calcio, la vitamina D contribuye a prevenir la osteoporosis, una enfermedad que hace que los huesos se vuelvan más delgados y débiles y sean más propensos a fracturas.