El árbol de cedro proviene del Oriente Medio y África del Norte, donde se le considera un árbol sagrado. Su madera se ha empleado tradicionalmente como repelente de insectos y plagas. Hoy en día se utiliza principalmente diluido para aplicar en masajes por sus propiedades circulatorias, drenantes y anticelulíticas. También es efectivo en problemas de exceso de sebo o hematomas.