Esponja de maquillaje. Está indicada para cubrir con polvo las zonas deseadas. Su textura es agradable y respeta el equilibrio dérmico. Tiene una forma ergonómica similar a una almendra, ideal para acceder a cualquier rincón de la cara, de manera sencilla y efectiva. Al acabar la aplicación se puede lavar y dar así un segundo uso, prolongando su vida útil.