El colágeno es una proteína, la más abundante en el cuerpo humano, que forma fibras creando un tejido conjuntivo. El colágeno es producido entre otras células por los fibroblastos, las células principales en el tejido conectivo. Principalmente el colágeno aporta la fuerza y elasticidad a varios órganos del tejido conectivo, el colágeno se va renovando durante la vida, así en los huesos dura hasta un año y en la piel 5 meses.
¿Pero sabías que no dura para siempre y, por eso, aparecen los signos de envejecimiento en la piel? Con el paso del tiempo, la formación de colágeno se deteriora, perdiendo grosor y elasticidad. De este modo, se producen los problemas articulares y reumáticos y, por parte de la piel, aumenta la flacidez y formación de arrugas. Es por ello que a partir de cierta edad puede ayudar el uso de productos con colágeno. Por otro lado, ¿sabías que existen distintos tipos?
Tipos de colágeno según su fuente
En realidad, existen muchos tipos distintos de colágeno, que se dividen en 4 fuentes fundamentales. Las distintas fuentes de colágeno se dividen en los distintos usos que queramos darle a este producto:
Colágeno sintetizado: Creado en laboratorio, de patente japonesa y en forma de polvo.
Colágeno marino: El más habitual, procede de las espinas y la piel de pescado. Otro origen puede ser derivado de las algas (no animal). De las fucus y laminarias se extraen proteínas que se procesan mediante procesos bioquímicos y se hidrolizan para conseguir disminuir el peso molecular de las mismas.
Colágeno terrestre: El más común, ya que el colágeno es una proteína estructural del reino animal. Proviene fundamentalmente del colágeno hidrolizado del esternón del pollo, es fundamentalmente colágeno hidrolizado, en forma polvo.
Pero, además de esto, no solo existen una serie de alimentos que aportan colágeno cuando los ingerimos. Otros, facilitan su síntesis dentro de nuestro organismo mismo por su aporte en determinadas vitaminas y/o minerales:
Los alimentos que aportan vitamina C.
Los alimentos que aportan azufre.
No obstante, la fuente primordial de colágeno por vía oral en los alimentos es la gelatina de origen animal de la médula ósea y la carne magra.
El colágeno con magnesio: ¿Para qué necesitamos magnesio?
Como ya sabemos, la piel al estar expuesta a diversos factores externos y al paso del tiempo, pierde sus características naturales, exigiendo por nuestra parte tratamientos nutritivos, hidratantes y reafirmantes que garanticen un tejido cutáneo óptimo. La piel puede beneficiarse de la incorporación de un suplemento a base de magnesio con colágeno, ya que estos componentes son necesarios para la formación de colágeno dentro del cuerpo. Contribuiremos a aportar más elasticidad a la piel.
El magnesio es fundamental para la creación de proteínas, siendo el colágeno una proteína. Gracias a la presencia de magnesio en nuestro organismo, podemos garantizar una musculatura sana y un sistema óseo resistente, y así evitar posibles problemas de articulaciones.
La ingesta de suplementos ricos en magnesio y colágeno ha demostrado un beneficio directo en la piel y en las articulaciones. El consumo de magnesio y colágeno puede contribuir a mantener articulaciones jóvenes, resistentes, lubricadas y con mayor flexibilidad ante determinados movimientos. Su función principal es la de conservación y preservación del tejido cartilaginoso. Siempre junto a una dieta equilibrada y estilo de vida saludable.
Si buscas un complemento alimenticio que cuide la apariencia de tu piel y la salud de tus articulaciones, piensa en la nutricosmética: opta por un suplemento de magnesio con colágeno. En caso de cualquier duda, consulta siempre con un profesional de la salud que te asesorará en cuanto a la suplementación más idónea.