El acné es un compañero frecuente de la pubertad, aunque, de forma general, suele desaparecer con el paso del tiempo. A nivel médico, el acné es una condición inflamatoria de las glándulas sebáceas. Las lesiones o marcas que provoca suelen aparecer en la cara, el cuello, el pecho o los hombros.
En algunos casos, el acné no termina de desaparecer al final de la pubertad. De hecho, algunos medicamentos como los anticonceptivos, o dolencias, como las intestinales, pueden causar acné en la población adulta aunque suele ser de menos gravedad.
Por suerte, hoy en día disponemos de muchos remedios para combatir el acné, ya sea mediante una buena rutina cosmética o, en casos más graves, con tratamiento farmacológico prescrito por un/a dermatólogo/a.
Pero entre todos estos remedios, y más cuando hablamos de ingredientes naturales, cosmética natural, cosmética tradicional, etc. a veces es difícil diferenciar cuál es la mejor opción para cada persona y por qué. Así que hoy vamos a romper unos cuantos mitos.
La cosmética natural, ¿es mejor para la piel? ¿y los remedios caseros?
Directos al grano, la cosmética natural no es mejor (ni peor) para la piel. Y vamos con algunas ideas que es importante aclarar. Por un lado, el pensamiento ampliamente extendido de que lo natural es mejor para la piel que lo artificial es un error.
Tal y como nos confirma nuestra farmacéutica, Mar Santamaria, “En cosmética, esta afirmación no solo es falsa, sino que suele dar lugar a confusión. Todos los productos cosméticos comercializados en Europa, ya tengan una base de ingredientes de origen natural, sintética o una combinación de ambas, tienen que cumplir la misma regulación en lo que a seguridad se refiere. Por este motivo, que sean mejores o peores para la piel depende de otros factores y no de su origen natural o artificial”.
Por otro lado, la segunda idea que lleva a error es la confusión entre natural e inocuo. Los elementos naturales no son automáticamente inocuos. De hecho, existen cientos de ejemplos de plantas en la naturaleza que son tóxicas para las personas. Además, está demostrado que la cosmética natural tampoco es más eficaz que la convencional.
Con todo esto en mente, os podéis imaginar nuestro consejo sobre los remedios caseros. Efectivamente, no somos muy fans dado que no hay ninguna garantía de que usarlos salga bien.
Mar nos lo recalca con argumentos profesionales, “Las mezclas caseras, son eso, mezclas, pero desde mi punto de vista no se pueden llamar cosmética. No siguen ninguna norma, ni control, tampoco la mayoría de personas somos formuladoras expertas que sepamos lo que tenemos entre manos. No sabemos el pH final, si hay presencia de microorganismos que nos puedan perjudicar. No sabemos del efecto que va a causar en nuestra piel.”
Ingredientes naturales e ingredientes bio, tampoco son lo mismo
Para que sea un cosmético natural, como mínimo el 95% de ingredientes de la fórmula tienen que ser sustancias naturales o derivados naturales (el % puede ser mayor). La normativa dice que un ingrediente natural es aquel que se ha obtenido únicamente de plantas, animales, microorganismos o minerales, incluidos, los que derivan de ellos mediante procesos físicos, procesos químicos que ocurran en la naturaleza y cuyo resultado final sean moléculas presentes en la naturaleza u otros procesos incluyendo los tradicionales sin modificación química intencional.
Dentro de los ingredientes naturales, están los BIO. Estas son las materias primas naturales que proceden de un sistema de cultivo certificado basado en la utilización óptima de los recursos naturales. No se emplean productos químicos sintéticos u organismos genéticamente modificados, nanotecnología o irradiación, ni para abono ni para combatir las plagas. Si tu preferencia es la cosmética natural BIO, debes prestar atención a los sellos de certificación como Ecocert, NaTrue, BDIH, etc.
Ingredientes naturales para combatir el acné
Estos son los ingredientes naturales presentes en cosmética que han demostrado ser más efectivos contra el acné:
Aceite esencial de árbol del té: es antimicrobiano, ayuda a regular la producción de sebo y a reducir la inflamación provocada por los granitos.
Extracto de regaliz: se emplea muchísimo en cosmética para pieles grasas, es calmante, antioxidante y antimicrobiano.
Extracto de corteza de sauce: contiene salicilina y polifenoles, que también tienen propiedades antimicrobianas y comedolíticas.
Agua de hamamelis: es refrescante, astringente y tonificante.