Las reacciones adversas se pueden minimizar utilizando la dosis mínima eficaz durante el menor tiempo posible necesario para aliviar los síntomas (ver riesgos cardiovasculares y gastrointestinales a continuación). Es preciso tener precaución en los pacientes con determinadas afecciones que podrían verse agravadas: lupus eritematoso sistémico y enfermedad mixta del tejido conjuntivo: aumento del riesgo de meningitis aséptica (ver sección 4.8). trastorno congénito del metabolismo de la porfirina (p. ej., porfiria intermitente aguda). trastornos gastrointestinales y enfermedad inflamatoria intestinal crónica (p. ej., colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn) (ver sección 4.8). hipertensión y/o alteración cardiaca, ya que la función renal puede empeorar (ver sección 4.8). alteración renal (ver sección 4.8). disfunción hepática (ver sección 4.8). directamente después de una intervención de cirugía mayor. en pacientes con una disposición alérgica a otras sustancias, ya que pueden ser propensos a padecer reacciones de hipersensibilidad también al ibuprofeno. en pacientes con rinitis alérgica estacional, pólipos nasales o trastornos respiratorios obstructivos crónicos, ya que presentan un mayor riesgo de reacciones alérgicas. Dichas reacciones pueden presentarse como crisis asmáticas (el denominado síndrome de asma por analgésicos), edema de Quincke o urticaria. Efectos gastrointestinales (GI) El uso de este medicamentoconcomitantemente con AINE, incluidos los inhibidores selectivos de la ciclooxigenasa-2, aumenta el riesgo de reacciones adversas (ver sección 4.5) y debe evitarse. Se han notificado casos de sangrado, úlcera o perforación gastrointestinales (GI), potencialmente mortales, con todos los AINE en cualquier momento durante el tratamiento, con o sin síntomas de advertencia o antecedentes de acontecimientos GI. Si un paciente en tratamiento con ibuprofeno presenta un sangrado o una úlcera GI, se recomienda retirar el tratamiento. En los pacientes con antecedentes de úlcera, especialmente si se complica con sangrado o perforación, y en los pacientes de edad avanzada, el riesgo de sangrado, úlcera o perforación GI es mayor a medida que aumenta la dosis de AINE. Estos pacientes deben comenzar el tratamiento con la menor dosis disponible. Debe contemplarse el tratamiento combinado con medicamentos protectores (p. ej., misoprostol o inhibidores de la bomba de protones) para estos pacientes, así como para los pacientes que precisen el uso simultáneo de ácido acetilsalicílico en dosis bajas u otros medicamentos que puedan aumentar el riesgo GI (ver sección 4.5). Se debe indicar al paciente que deje de tomar el medicamento y consulte a un médico de inmediato en caso de producirse dolor intenso en la parte alta del abdomen, melenas o hematemesis. Se debe aconsejar a los pacientes con antecedentes de toxicidad GI, sobre todo a los de edad avanzada, que notifiquen cualquier síntoma abdominal inusual (especialmente sangrado GI), en particular en las fases iniciales del tratamiento. Se recomienda precaución en los pacientes que reciban simultáneamente medicamentos que puedan aumentar el riesgo de úlcera o sangrado, por ejemplo, corticoesteroides orales, anticoagulantes como warfarina, inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o antiagregantes plaquetarios como ácido acetilsalicílico (ver sección 4.5). Los AINE se deben administrar con cautela a los pacientes con antecedentes de enfermedad GI (p. ej., colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn), ya que ésta puede exacerbarse (ver sección 4.8). Reacciones cutáneas En muy raras ocasiones, se han notificado reacciones cutáneas graves asociadas al uso de AINE, algunas de ellas mortales, como dermatitis exfoliativa, síndrome de Stevens-Johnson y necrolisis epidérmica tóxica (ver sección 4.8). El mayor riesgo de que los pacientes sufran estas reacciones parece darse al comienzo del tratamiento y, en la mayoría de los casos, la reacción ocurre en el primer mes de tratamiento. En relación a los medicamentos conteniendo ibuprofeno, se ha notificado pustulosis exantemática generalizada aguda. Ante la primera aparición de erupción cutánea, lesiones en las mucosas o cualquier otro signo de hipersensibilidad, deberá interrumpirse el tratamiento. En casos excepcionales, la varicela puede ir asociada a la aparición de complicaciones infecciosas graves de la piel y los tejidos blandos. Es aconsejable evitar el uso de ibuprofeno en caso de varicela. Enmascaramiento de los síntomas de infecciones subyacentes Dolalgial ibuprofeno/cafeína puede enmascarar los síntomas de una infección, lo que puede retrasar el inicio del tratamiento adecuado y, por tanto, empeorar el desenlace de la infección. Esto se ha observado en la neumonía bacteriana extrahospitalaria y en las complicaciones bacterianas de la varicela. Cuando se administre Dolalgial ibuprofeno/cafeína para aliviar la fiebre o el dolor relacionado con una infección, se recomienda vigilar la infección. En entornos no hospitalarios, el paciente debe consultar a un médico si los síntomas persisten o empeoran. Efectos cardiovasculares y cerebrovasculares Se requiere precaución antes de iniciar el tratamiento en pacientes con antecedentes de hipertensión o insuficiencia cardiaca, ya que se han notificado casos de retención de líquidos, hipertensión y edema en relación con el tratamiento con AINE. Estudios clínicos indican que el uso de ibuprofeno, especialmente a una dosis alta (2.400 mg/día), puede estar asociado a un pequeño aumento del riesgo de acontecimientos trombóticos arteriales (por ejemplo, infarto de miocardio o ictus). En general, los estudios epidemiológicos no indican que ibuprofeno en dosis bajas (p. ej., ?1.200 mg/día) esté asociado a un aumento del riesgo de acontecimientos trombóticos arteriales. Los pacientes con hipertensión no controlada, insuficiencia cardiaca congestiva (NYHA clase II-III), cardiopatía isquémica confirmada, enfermedad arterial periférica o enfermedad cerebrovascular, sólo deben recibir tratamiento con ibuprofeno tras una valoración minuciosa y se deben evitar las dosis altas (2.400 mg/día). También se debe efectuar una valoración cuidadosa antes de iniciar el tratamiento prolongado en pacientes con factores de riesgo de acontecimientos cardiovasculares (p. ej., hipertensión, hiperlipidemia, diabetes mellitus, tabaquismo), especialmente si se necesitan dosis elevadas de ibuprofeno (2.400 mg/día). Hipersensibilidad En muy raras ocasiones, se observan reacciones agudas graves de hipersensibilidad (p. ej., shock anafiláctico). Ante los primeros signos de reacción de hipersensibilidad (p. ej., edema facial, angioedema, disnea, taquicardia, caída de la presión arterial, shock anafiláctico) después de haber tomado este medicamento, deberá interrumpirse el tratamiento. Se debe aconsejar al paciente que solicite atención médica de inmediato. Efectos en los parámetros hepáticos, renales y hemáticos Ibuprofeno puede inhibir de manera temporal la función trombocítica (agregación plaquetaria). Por tanto, se debe vigilar estrechamente a los pacientes con trastornos plaquetarios. En caso de tratamiento prolongado con ibuprofeno, también se deben hacer análisis periódicos de los parámetros hepáticos, renales y hemáticos. Los primeros signos de la aparición de trastornos hematopoyéticos son, entre otros, fiebre, dolor de garganta, heridas superficiales en la boca, síntomas de tipo gripal, astenia importante y sangrado de nariz y cutáneo. En términos generales, el uso habitual de analgésicos, especialmente en combinación con varios principios activos para el alivio del dolor, puede provocar daño renal permanente con riesgo de fallo renal (nefropatía analgésica). Este riesgo puede aumentar con la pérdida de sales y la deshidratación asociadas al esfuerzo físico. Por tanto, dicho uso habitual debe evitarse. Uso prolongado de analgésicos El uso prolongado de cualquier tipo de analgésico para las cefaleas puede conllevar un empeoramiento. Si se observa o sospecha esta situación, se debe interrumpir el tratamiento. En pacientes con cefaleas frecuentes o diarias a pesar (o a causa) del uso habitual de medicamentos para la cefalea, se debe sospechar un diagnóstico de cefalea por abuso de medicamentos (CAM). Consumo concomitante de alcohol El uso concomitante de alcohol puede aumentar la incidencia de reacciones adversas asociadas al principio activo, en particular las que afectan al tracto digestivo o al sistema nervioso central, que pueden verse incrementadas por el uso de AINE. Efectos oftálmicos Si el paciente refiere trastornos oculares durante el tratamiento con ibuprofeno, se deberá interrumpir el tratamiento y remitir al paciente para una exploración oftalmológica. Cafeína Se debe evitar un consumo excesivo de cafeína (p. ej., café, té, alimentos, otros medicamentos y bebidas) mientras se toma este medicamento (ver sección 4.9). Se deben extremar las precauciones al tomar cafeína en pacientes con hipertiroidismo (riesgo de efectos secundarios de la cafeína) o arritmias. Poblaciones especiales Los pacientes de edad avanzada presentan un mayor riesgo de sufrir reacciones adversas a los AINE, especialmente sangrado y perforación GI, que pueden ser mortales. En las fases iniciales del tratamiento, es obligatorio hacer un seguimiento estrecho de la excreción de orina y de la función renal en pacientes con insuficiencia cardiaca, con insuficiencia renal o hepática crónicas, que reciben diuréticos, que presentan hipovolemia a consecuencia de una intervención de cirugía mayor y, sobre todo, en los pacientes de edad avanzada. Este medicamento contiene menos de 23 mg de sodio (1 mmol) por comprimido; esto es, esencialmente “exento de sodio”.