Septiembre es el mes más temido por los peques: se acaba el verano, las vacaciones y vuelven las clases y los deberes. No obstante, no todo son pegas y los típicos “no quiero”, “no me gusta”, “cinco minutitos más, mamá” con la vuelta al cole. Muchos niños están contentos por su regreso a los pupitres, pues éste conlleva nuevos libros, lápices, estuches, asignaturas y aventuras y, sobre todo, recuperar el contacto con sus compañeros de clase.
Tú, como padre o madre, puedes ayudarle no sólo concienciándole para que tome un punto de vista más positivo, también inculcándole valores y hábitos que involucren una alimentación correcta y equilibrada. Gracias a ello, el niño conservará y aumentará su energía.
Muchas personas creen que los suplementos vitamínicos son una buena opción para este cometido, y no se equivocan; sin embargo, una buena base es obligatoria y primordial. ¿Cómo vas a amueblar una casa si aún no se han puesto los cimientos? Por ello y pese a caer en tópicos, en este caso sí que se cumple la norma: el desayuno es la comida más importante del día.
El desayuno, la comida más importante del día
El desayuno te permitirá proporcionar a tu hijo una primera comida completa, sobre todo si lo realizas con productos de alto valor nutritivo, ecológicos o biológicos. De esta manera, el peque podrá empezar su día con energía y abastecerse con nutrientes, vitaminas y combustible para afrontar sus clases con fuerza. Lo primordial es que la combinación de alimentos y sus sabores sean adecuados para tu hijo, tanto a nivel de intolerancias como a nivel de cantidades, y lo más importante, que le resulte atractivo y llame su atención.
Como ya sabrás, un desayuno ideal es el compuesto por una ración de hidratos de carbono, preferiblemente complejos y de calidad, una de proteínas, magras o vegetales, y otra de frutas. A veces, la fruta puede contar como carbohidrato, pues al fin y al cabo pertenece a este grupo, aunque también aporta líquidos, minerales y vitaminas. De la misma manera, las proteínas incluyen todo tipo de lácteos, bien sean yogures, bien leche e incluso quesos. Cabe destacar, también, la importancia en la utilización e incorporación de grasas saludables en el desayuno, como el aceite de oliva, las semillas de chía, de lino y los frutos secos, los cuales también aportan carbohidratos.
5 desayunos nutritivos para tu hijo
El energético
- Macedonia de frutas de temporada: debe tener siempre el plátano como base. La puedes combinar, por ejemplo, con higos, naranja y kiwi. Incluso puedes aprovechar la última tanda de nectarinas, sandías, albaricoques y ciruelas.
- Tostadas integrales con huevos revueltos y jamón dulce: puedes cambiar los huevos revueltos por un huevo duro, o incluso acompañar la tostada con queso fresco y miel.
El de los mayores
- Vaso de leche con chocolate: presentada como un intento de igualar el café con leche de papá o mamá, esta opción es una de las tradicionales. Ten en cuenta que un cacao puro será mucho más beneficioso y nutritivo para tu niño. Sin dejar de lado la posibilidad de sustituirlo por algarroba o por un combinado de cereales solubles. Además, la leche puede ser sin lactosa o una bebida vegetal.
- Tostadas integrales con ajo, tomate, aceite de oliva y jamón dulce: otro de los clásicos que puede ser combinado o sustituido por unas tostadas integrales con queso de untar y mermelada, o (para los atrevidos) por unas con aguacate y tomate.
El clásico
- Tazón de leche o bebida vegetal con cereales: piensa en introducir en la dieta de tu hijo la avena y los cereales más complejos. Una buena opción serían los copos de maíz integral ecológicos, el muesli o granola casera (hay excelentes opciones más atractivas para niños) y los copos de avena, que se pueden combinar con cachitos de plátano o fruta deshidrata.
- Zumo de naranja natural: recién exprimido y sin azúcar añadido, por supuesto.
El de días especiales
- Un dulce casero: desde pancakes o tortitas de plátano, pasando por magdalenas o muffins caseros, hasta llegar al tradicional y delicioso pastel de chocolate, esta opción es ideal para los más golosos y puede acompañarse con unos cachitos de fruta fresca de temporada.
- Vaso de leche con canela: como siempre, elige la leche o bebida vegetal que más le guste a tu hijo. Puedes sustituirlo por un vaso de zumo natural.
El veggie
- Dos sándwiches de crema de algarroba: esta crema es una genial alternativa a la clásica de chocolate, pues posee menos calorías, menos azúcar, más nutrientes y está libre de grasas. Puedes combinarla con crema de cacahuete en el mismo sándwich, o incluso prepararle los dos solo con esta última.
- Yogur de soja natural o de sabor con frutos secos y semillas de chía: lo mejor es que el yogur no esté azucarado y tú puedas endulzarlo con miel o sirope de ágave. Los mejores frutos secos para tu pequeño son las nueces, las almendras, las avellanas y los anacardos. También puedes combinarlos con fruta deshidratada o desecada, como las pasas, los orejones o los higos. Se recomienda, sobre todo, consumirlos crudos o tostados en casa.
Si tu hijo es atrevido y de buen comer, no temas proporcionarle nuevas texturas y sabores. ¿Un ejemplo? Las tostadas integrales con aguacate y tomate, los huevos revueltos con dátiles troceados, queso fresco con membrillo o incluso gachas de avena con cacao y frutos secos.
Otro aspecto que debes tener en cuenta es su concentración y su rendimiento escolar. Inculcándole unos hábitos saludables puedes mejorar su salud, pero con el desayuno puedes proporcionarle las armas para que pueda estar más atento en clase y con más ganas de estudiar. Ten en cuenta que éste será el primer bocado que pruebe tu hijo después de estar horas sin comer. Por ello, es importante incorporar en el desayuno los siguientes alimentos:
- Omega 3 presente en los frutos secos, el aguacate, las semillas y las proteínas de pescado como sardinas en lata o atún.
- El plátano, por sus minerales y sus carbohidratos.
- El chocolate puro por sus minerales, zinc y energía.
- Las hojas verdes que puedes incorporar en bocadillos o sándwiches.
- Los huevos, por su gran aporte en colina.
- Los cereales integrales gracias a su aporte energético más complejo, nutritivo y su absorción lenta.
¡Ayuda a tu hijo con la vuelta al cole y ve incorporando hábitos saludables en su rutina!