Efectos nocivos del sol sobre la piel: ¿cómo protegerse?

Escrito por Laura Buades el 25/07/2024

efectos del sol en la piel

Ideal para levantar el ánimo y ayudar a sintetizar la vitamina D, que contribuye a consolidar nuestra estructura ósea, el sol (en pequeñas dosis) tiene numerosos beneficios para el organismo. Pero es esencial controlar la exposición a los rayos solares. Limitar la sobreexposición al sol podría prevenir 4 de cada 5 cánceres de piel. ¿Cuál es el impacto de los rayos UVA y UVB? ¿Y cómo puede disfrutar del sol preservando la juventud y la salud de su piel?

¿Cuáles son los efectos de la luz ultravioleta en la piel?

La radiación ultravioleta puede ser emitida por fuentes naturales, como el sol, o artificiales, como las lámparas de bronceado. Los rayos UVB, responsables del bronceado y las quemaduras solares, penetran en la piel, deteniéndose en las capas superiores, la epidermis. Los rayos UVA, en cambio, penetran hasta la dermis, pigmentando y alterando directamente la piel de forma profunda e irreversible.

Ya sean UVA o UVB, ambos tienen un efecto destructivo sobre la piel, induciendo daños celulares responsables del envejecimiento prematuro y los cánceres de piel. Pero no sólo la piel se ve afectada, ya que la producción de radicales libres dificulta la respuesta inmunitaria, por lo que el sistema inmunitario también puede verse afectado.

En cuanto a los ojos, el sol también puede provocar fotoqueratitis, cataratas y graves daños en la retina (un fenómeno que se acentúa aún más en la montaña, con la nieve y la altitud). En las pieles más oscuras, aunque el número de cánceres de piel es menor, los efectos inmunitarios y oculares son idénticos.

Tanto si está en el jardín, en la terraza de un café, en la playa, en la montaña o en el campo, haciendo deporte al aire libre o simplemente paseando... protéjase, para que el sol siga siendo un placer.

¿Cómo elegir la protección solar adecuada?

La primera regla es elegir un producto adaptado a su tipo de piel, pero también a las condiciones de exposición, es decir, la duración y la intensidad de los rayos solares.

Un producto de protección solar es un preparado cosmético que contiene dos tipos de filtros denominados fotoprotectores: filtros químicos que absorben los rayos UV y filtros minerales que reflejan los rayos UV. Para los niños, las mujeres embarazadas y las pieles reactivas, es preferible utilizar filtros minerales, ya que los filtros químicos pueden provocar más reacciones alérgicas en las zonas sensibles.

Un producto de protección solar debe proteger contra los rayos UVB y UVA y cumplir una serie de normas:

La protección UVB se define por un Factor de Protección Solar (FPS) de al menos 6. Un factor de protección de 6 es el mínimo exigido. Existen 8 índices agrupados en 4 niveles de protección: de 6 a 10 equivale a protección baja, de 15 a 25 a protección media, de 30 a 50 a protección alta y 50+ a protección muy alta.

La protección UVA debe ser al menos equivalente a 1/3 de FPS.

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¿Qué crema solar elegir para la cara?

Buenas noticias. Tanto si tienes la piel seca como grasa, manchas oscuras o acné, existen cremas de protección solar que se adaptan a tu tipo de piel.

Para las pieles grasas o con tendencia acneica, opta por una crema ligera, fluida y matificante con SPF50. Contrariamente a la creencia popular, el sol y el acné no van de la mano. Aunque al principio el sol seca los granos, el efecto rebote en los brotes de acné es catastrófico.

Para las pieles con tendencia a la hiperpigmentación, elija una crema solar antimanchas, que protege eficazmente las manchas marrones existentes de los rayos solares y, sobre todo, evita que aparezcan otras nuevas.

Para las pieles secas, opte por fórmulas hidratantes y elija una crema más nutritiva adaptada a la piel fina y sensible del rostro.

¿Cómo utilizar correctamente los productos de protección solar?

La crema solar debe aplicarse uniformemente en todas las superficies descubiertas y/o expuestas antes de la exposición, incluidas las manos, las orejas, las sienes y la parte superior de los pies. Para un adulto de complexión media, se recomienda aplicar al menos 36 gramos de crema, el equivalente a 6 cucharaditas para todo el cuerpo. La crema solar debe volver a aplicarse cada 2 horas y/o después de bañarse, secarse con una toalla o transpirar.

Además del uso correcto de la crema solar, algunas medidas preventivas pueden proporcionar una protección eficaz contra los riesgos del sol.

Protéjase en cuanto el índice UV sea superior a 3, como se indica en todas las aplicaciones meteorológicas o durante los boletines meteorológicos de televisión.

No te expongas al sol entre las 12 y las 16 horas y mantente alejado del sol todo lo posible: ¡la actitud tostada es demasiado peligrosa!

Lleve ropa que le cubra lo máximo posible, un sombrero de ala ancha y gafas de sol con montura envolvente. Estas gafas deben llevar la marca CE y ser 100% UV.

Nunca exponga al sol a un niño menor de 2 años. Incluso a la sombra, es imprescindible aplicar siempre una crema solar de muy alta protección con un FPS 50+ para niños.

Por último, debe saber que ningún producto solar puede garantizar una protección total, y que la toma de determinados medicamentos, conocidos como fotosensibilizantes, implica la necesidad de una protección solar adicional, ya que de lo contrario corre el riesgo de sufrir alergias o quemaduras graves.

¿Cómo debo cuidar mi piel antes y después de la exposición al sol?

Los complementos solares orales son una buena alternativa para las personas sensibles al sol y/o que sufren alergia solar: la lucita solar. Tomar preparados solares 2 o 3 semanas antes de exponerse al sol ayuda a favorecer el bronceado de la tez y a minimizar los efectos alergénicos del sol. Estos productos, generalmente a base de selenio, vitamina E y carotenoides, que son potentes antioxidantes, pueden consumirse durante y a la vuelta de las vacaciones, ya que prolongan el bronceado y ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel debido al sol. Hay que tener en cuenta que no protegen de la radiación UV y que siempre deben combinarse con una crema de protección solar cuando se esté expuesto al sol.

Los autobronceadores y los aceleradores del bronceado no proporcionan protección contra los rayos UV, pero dan a la piel un efecto de color antes de la exposición.

Deben evitarse los rayos UV artificiales en las cabinas de bronceado, ya que aumentan el riesgo de cáncer de piel, sobre todo cuando se realizan en centros de bronceado con controles deficientes.

Antes o después de la exposición al sol, es fundamental nutrir constantemente la piel agredida y reseca. Las leches y lociones para después del sol, o mejor aún, los productos que contienen aceite vegetal de zanahoria, ayudan a mantener el bronceado, además de hidratar las capas superiores de la piel.

Por último, no olvides cuidar tu cabello. Tu pelo también sufre con la exposición al sol, así que recuerda utilizar aceites y sprays especialmente formulados para tu cabello, para una máxima protección contra el sol.

Ya no es ningún secreto que exponer la piel a los rayos UV durante demasiado tiempo puede tener consecuencias irreversibles, desde una simple quemadura solar hasta un melanoma. Conviene recordar que el 80% de los cánceres de piel podrían prevenirse protegiéndose del sol. Dado que estos cánceres son responsables de más de 1.500 muertes al año, las medidas de protección solar no deben tomarse a la ligera. La aplicación regular de una crema solar con un FPS de 30 a 50+, que proteja tanto de los rayos UVA como de los UVB, en cantidad suficiente y sin olvidar ninguna zona del cuerpo o del rostro, te protegerá y mantendrá tu piel sana. Así que mantente alerta ante el sol y recuerda someter tu piel a revisiones periódicas por parte de tu médico o dermatólogo.

*Artículo traducido por Laura Buades, redactado originalmente en francés por Sandrine Nail-Billaud.