Una de las disciplinas en auge en el ámbito del cuidado de la piel es el yoga facial: un conjunto de técnicas y ejercicios que ayudan a mantener la fortaleza y elasticidad de los músculos del rostro.
En otras palabras, son maniobras no invasivas para mejorar el aspecto de las arrugas, promover el flujo sanguíneo y obtener una piel brillante, firme y de aspecto más saludable.
Además, si nos ayudamos de herramientas milenarias como la Gua Sha o el rodillo facial de jade (o de otros minerales), nos aseguramos de hacer un tratamiento completo muy efectivo mientras disfrutamos de un masaje muy agradable en la cara.
¿Qué es el Gua Sha?
Igual que el rodillo facial de jade, la piedra Gua Sha es una herramienta estética con más de 5000 años de antigüedad que tiene su origen en la medicina tradicional china. Tiene una forma parecida a un corazón y normalmente es de jade, cuarzo rosa u otros minerales semipreciosos, como la opalita.
Su nombre se traduce como “raspar”, y se utiliza dando suaves pasadas por el rostro para relajar los músculos y estimular el flujo linfático.
La clave de su éxito es precisamente la movilización linfática y sanguínea, donde acumulamos toxinas que promueven el envejecimiento de la piel.
Esta herramienta ayuda a que los músculos y los tejidos faciales reciban nutrientes desde dentro, desde nuestro flujo sanguíneo, para aumentar la vitalidad de la piel y proporcionar ese efecto reafirmante tan deseado (y tan difícil de conseguir solo usando cremas).
¿Qué beneficios tiene la Gua Sha facial?
Aumenta la vitalidad de la piel
Reafirma y mejora el aspecto de las arrugas
Ayuda a combatir el estrés oxidativo
Reduce la inflamación
Relaja la tensión de los músculos faciales
Puede ayudar a mejorar los dolores de cabeza
Da un efecto de “esculpido” o de bótox natural
Mejora la absorción de los productos cosméticos
Es un aliado para luchas contra el estrés
Gua Sha vs Rodillo de jade
Son similares y de hecho, son herramientas que se pueden combinar entre sí.
El rodillo facial de jade, por un lado, ejerce un movimiento rotativo sobre la piel, como de “aplanar”. Estimula la circulación de manera muy suave y más centrado en el masaje. Es muy útil en zonas como el contorno de los ojos, por ejemplo, o para potenciar efectos de los productos en el resto de la cara.
En cambio, la piedra Gua Sha ejerce un masaje y drenaje más intenso, actuando de forma profunda en los músculos, fascia y canales linfáticos. Promueve tanto la movilización de toxinas como el intercambio de nutrientes para alimentar las capas más profundas de la piel, y tiene un efecto más reafirmante.
Cómo utilizar la piedra Gua Sha
Para que sea efectiva, hay que aprender a utilizarla y para ello existen muchos tutoriales.
Lo primero y más importante: se utiliza al final de la rutina, es decir, justo después de la aplicación de la crema o de un sérum, y de un contorno de ojos (nunca con la piel desnuda). Durante todo el tratamiento, hay que hacer suaves presiones ascendentes, controlando la fuerza.
La piedra Gua Sha tiene varias superficies que podemos usar: desde las partes más lisas para zonas como las mejillas, la zona de la “v” o hueco para la mandíbula, o bien las partes más puntiagudas y redondeadas para incidir en el contorno de los ojos con movimientos precisos y suaves.
Aquí tienes un paso a paso básico para empezar a utilizar la herramienta:
Para empezar, masajearemos los ganglios situados en la clavícula para estimularlos.
A continuación, masajearemos los ganglios que hay detrás de la mandíbula y llevaremos este masaje hasta la clavícula con movimientos hacia abajo, para drenar.
Trabajaremos con la zona en “v” de la piedra Gua Sha la zona de la mandíbula, y con la parte plana, toda la mejilla, con movimientos ascendentes desde la mitad de la cara hasta la oreja.
Haremos un masaje en la zona del párpado inferior con menos presión y con cuidado, usando una de las puntas y llevando el movimiento hacia la zona periauricular.
Para la zona de la frente, la trataremos en dos mitades, desde el centro hasta las sienes.
Terminamos de la misma forma que hemos empezado: masajeando la zona de los ganglios de la mandibula hasta la clavícula, pasando por el cuello, con suaves pasados.