De sobra es conocido que los malos hábitos pueden jugar malas pasadas a la salud. Mantener unos hábitos de vida saludables no solo favorecerá el correcto estado de la salud, si no que también proporcionará un mayor bienestar y calidad de vida.
Los pilares básicos de la vida sana son la práctica regular de ejercicio físico y una dieta saludable y equilibrada. Poniendo en práctica estos dos buenos hábitos prevendrás posibles problemas de salud que puedan afectar a tu vida diaria.
Además, no prestar la atención necesaria a los hábitos de vida que llevamos puede también poner en peligro planes futuros. En otro post ya te contamos como aumentar las posibilidades de embarazo. La fertilidad se ve muchas veces afectada de manera negativa por los malos hábitos y una ilusión como la de ser madre o padre puede llegar a verse truncada.
Es cierto que muchas de las causas de infertilidad son de origen genético o biológico. Sin embargo, hay otras muchas causas que tienen que ver con factores externos que hacen referencia a malos hábitos y que pueden reducir considerablemente las posibilidades de concebir.
Por suerte, está en la mano de las futuras mamás y papás corregir los malos hábitos y sustituirlos por otros más saludables que no pongan en riesgo este apasionante proyecto vital que es la maternidad/paternidad.
6 hábitos que reducen la fertilidad
- Tabaco: Fumar es un hábito muy extendido en la sociedad y puede afectar a la fertilidad tanto masculina como femenina. Parece que el tabaco puede acelerar la pérdida de la función reproductiva. Además, fumar durante la gestación puede acarrear problemas al bebé. Por lo tanto, si estás planeando en ser mamá o papá, ve pensando en dejar de fumar y será mucho más fácil. Es recomendable también huir de la exposición al humo para evitar los efectos adversos del tabaquismo pasivo.
- Alcohol: Un consumo excesivo de alcohol es otro de los hábitos que afecta tanto a la fertilidad de los hombres como de las mujeres. El consumo de alcohol podría rebajar los niveles de testosterona y, por tanto, reducir la producción de espermatozoides. También en el caso de los hombres podría disminuir el deseo sexual e incluso llegar a provocar impotencia temporal. En la mujer, el consumo excesivo de alcohol podría interferir en los ciclos menstruales y ovulatorios e incluso llegar a causar abortos espontáneos o nacimientos prematuros. Al igual que sucede con el tabaco, una mujer embarazada no debe beber alcohol porque puede afectar al correcto crecimiento y desarrollo del bebé.
- Drogas: Algunas drogas como el cannabis o la marihuana provocan la ausencia del periodo –lo que se conoce como amenorrea– y, por consiguiente, disminuye el número de ovulaciones, reduciendo las posibilidades de embarazo. En el caso de los hombres, drogas como la cocaína o la marihuana podrían reducir la producción de espermatozoides y disminuir la calidad del esperma. Consumir drogas durante la gestación podría incrementar los riesgos para la salud tanto de la madre como del feto.
- Cafeína: Un consumo el evado de cafeína puede interferir en las contracciones musculares que hacen que los óvulos se desplacen desde los ovarios hasta útero a través de las trompas de Falopio. Además, según varios estudios un alto nivel de consumo de cafeína por parte de mujeres embarazadas podría estar directamente relacionado con nacimientos prematuros y bajo peso del bebé al nacer.
- Mala alimentación: Una alimentación poco cuidada puede tener diversos efectos sobre el organismo y, por supuesto, también sobre la fertilidad. Aunque muchas personas lo desconozcan, una alimentación sana y equilibrada es una de las bases fundamentales para gozar de buena salud. En cuanto a la fertilidad, tanto el bajo peso como el sobrepeso pueden dificultar la concepción. Es importante mantener una correcta alimentación para no caer en ninguno de estos dos extremos y prevenir problemas a la hora de concebir.
- Deporte: Tanto la falta de práctica deportiva como su exceso pueden afectar a la fertilidad. El deporte es, junto con una alimentación sana y equilibrada, la otra base de la vida saludable. El sedentarismo y una mala forma física no son buenos, pero tampoco lo es entrenar en exceso. En el caso de los hombres, cualquier deporte que implique un aumento de la temperatura testicular, como por ejemplo el ciclismo por la fricción con el sillín y el uso de mallas ajustadas, puede reducir la fertilidad. En la mujer, la práctica de ejercicios intensos y frecuentes en entrenamientos de alto nivel puede traer consigo alteraciones en la ovulación y poner en riesgo su fertilidad.
Tanto si estás pensando en ser mamá o papá como si no, toma nota de estos consejos y plantéate cambiar tus hábitos de vida, tu salud lo agradecerá.