Las pérdidas de orina pueden aparecer en distintas etapas de la vida, por múltiples causas, tanto en hombres como en mujeres. La incontinencia urinaria es una alteración de la salud que afecta a muchas personas. No se encuentra necesariamente vinculada ni a la edad ni al sexo.
Las pérdidas son un trastorno que debe ser siempre consultado con un profesional sanitario. El síntoma principal es el escape de orina, pero éste puede deberse a diferentes causas y tener distintos grados. Las causas que están detrás de un escape involuntario de orina varían mucho dependiendo de la edad. Así, cuando se da en mujeres jóvenes, el embarazo y el parto constituyen la principal causa del debilitamiento del suelo pélvico.
Más adelante, en la edad madura (entre los 45-60 años), la causa más frecuente es la incontinencia de esfuerzo, con la que se produce la pérdida repentina de orina al realizar cualquier actividad que determina un aumento de la presión intraabdominal (ejercicio físico, tos, estornudos, etc.), y que está asociada a una uretra incompetente, un suelo pélvico que ha perdido el tono que tenía en la juventud, y un descenso hormonal ligado a la menopausia.
En las mujeres maduras, entre los 45 y 60 años, la pérdida de tono del suelo pélvico está asociada al descenso hormonal que se sufre en la menopausia. Se estima que cerca del 24 % de las mujeres españolas padecerá este trastorno en algún momento de su vida, por lo que los médicos apuestan cada vez más por su prevención a tiempo.
¿Qué hacer cuando se tienen pérdidas de orina?
Existen distintos tratamientos, pero el primer paso es su prevención. La gimnasia abdominal es el mejor tratamiento para lograr fortalecer el suelo pélvico. Estos ejercicios ayudan a mejorar la incontinencia de esfuerzo, es decir, las pérdidas que se producen al reír o al toser.
Lo primero que hay que hacer es acudir a un terapeuta que nos enseñe a realizar correctamente ejercicios específicos de gimnasia abdominal y de suelo pélvico para reforzar la musculatura antes de que esta pueda debilitarse.
Otros consejos para prevenir las pérdidas son:
-Comer adecuadamente.
-Prescindir de tabaco y bebidas excitantes.
-Aprender a gestionar las emociones y el estrés.
La rehabilitación, los fármacos y la cirugía son técnicas cada vez más sencillas y perdurables en el tiempo que pueden curar o mejorar esta dolencia. El tratamiento con absorbentes es la mejor solución para aquellas personas que no han podido resolver el problema por otros medios.