El masaje infantil es una disciplina milenaria utilizada en muchas culturas del mundo y ha sido rescatada en el mundo occidental descubriendo los numerosos beneficios que aporta tanto al bebé como a los padres.
Su práctica ayuda al bebé, entre otras cosas, en su desarrollo emocional y fisiológico y sobre todo, contribuye a crear vínculos muy especiales entre los papás y los peques.
Profundicemos ahora en los beneficios que puede aportar este masaje:
1. Mejora la calidad del apego: El masaje infantil facilita los vínculos afectivos porque incluye los elementos principales para establecerlos: contacto con la mirada, sonrisa, sonidos, abrazos, caricias, olor, respuesta a los estímulos e interacción. Estos elementos garantizan la calidad de la intimidad entre los padres y el bebé, fortaleciendo la relación y comunicación entre ellos.
2. Ayuda al niño a relajarse y lo alivia del estrés: Los bebés descubren las tensiones que se producen en su cuerpo por encontrarse a diario con situaciones y objetos nuevos, y aprenden a relajarse en respuesta al placer de las caricias. Diversas investigaciones confirman la disminución del estrés en quien aplica el masaje y en quien lo recibe.
3. Ayuda a su desarrollo psicológico: El masaje cambia los patrones de comportamiento, reduciendo los umbrales de miedo y excitación, y aumentando la mansedumbre, sociabilidad y audacia. Asimismo, favorece las habilidades sociales al fomentar un mejor contacto ocular y el aprendizaje de pautas amorosas de acercamiento y contacto afectivo con otros.
4. Regula y refuerza función gastrointestinal: El masaje ayuda a madurar el sistema gastro-intestinal, y después a regularlo, solucionando mediante la estimulación, las incomodidades producidas por los famosos cólicos, los gases y el estreñimiento.
5. Estimula el sistema inmunológico: La seguridad que podemos ofrecer al bebé a través de un contacto corporal amoroso y continuado, así como el hecho de favorecer un estado de tranquilidad y relajación, fortalecerán su sistema inmunológico, activando mejor sus defensas frente a infecciones u otras enfermedades.
6. Fortalece el sistema respiratorio: El masaje en la zona del pecho, espalda y hombros ayuda a regular el sistema respiratorio, fortaleciendo los pulmones y mejorando congestiones por mucosidad. Además, ayuda también a lograr una respiración profunda por el efecto del sistema táctil sobre el sistema nervioso autónomo.
7. Favorece la circulación sanguínea y linfática: Los movimientos de entrada ayudan al retorno de la sangre al corazón y producen un efecto tonificante. Los de salida ayudan a la sangre a llegar hasta los extremos (manos y pies) y producen un efecto relajante. El masaje también ayuda a drenar el sistema linfático suavemente.
El masaje puede aplicarse en niños de distintas edades, aunque cuanto antes los reciba mejor.
Dependiendo de la edad del niño, la técnica se va adaptando, el tiempo es más breve, se integran cuentos, canciones y otros estímulos. En el caso de los bebés, es recomendable comenzar el masaje cuando está tranquilo ya que está más atento, interactúa más y su respiración es regular.
Los expertos recomiendan utilizar aceite vegetal porque se absorbe mejor en la piel del bebé, éste puede chupar sus dedos sin ningún riesgo y es un buen medio para realizar los movimientos del masaje sin fricciones.
Gracias a este masaje, se ha comprobado que los niños crecen con conductas menos agresivas debido a que han desarrollado un contacto cercano con sus padres.
¿Alguno de vosotros ha llevado a cabo esta práctica con su bebé? Cuéntanos tu experiencia.