La doble limpieza es el mejor método para desmaquillar la piel que conozco. Es efectiva, respetuosa con la piel y sostenible.
¿Y por qué doble? Porque no todas las impurezas que se acumulan en la piel a lo largo del día tienen el mismo origen. No es lo mismo los restos de maquillaje, que el sudor o el propio sebo de la piel. Lo mejor es que toda esta suciedad se divide en dos grandes grupos.
Así que tiene mucho sentido utilizar dos productos adaptados a cada tipo de residuo.
De hecho, probablemente ya estás haciendo una doble limpieza sin saberlo, sobre todo si te maquillas. ¿Usas agua micelar o un desmaquillante bifástico de ojos para eliminar "lo gordo" del maquillaje? Bingo, estás haciendo, aunque de forma rudimentaria, una doble limpieza.
La corriente de cosmética coreana ya te dio a conocer este método de limpieza. Elévalo al siguiente nivel con esta guía.
Beneficios de la doble limpieza
Usas menos producto: con lo cual es más sostenible. Cada producto ataca a un tipo diferente de suciedad, con lo cual la piel queda limpia con menos producto.
La piel queda más limpia: hacer la limpieza con dos productos elimina mucha más suciedad que con solo uno. Ya no hace falta que hagas "la prueba del algodón" con el tónico.
Irritas menos la piel: si para desmaquillarte tienes que frotar y dar varias pasadas, señal de que el producto (o el método) no son los adecuados. Las pieles sensibles y las que se maquillan a menudo se beneficiarán muchísimo de la doble limpieza.
Previenes los granitos: no hay nada que le guste más a la P.acnes, la bacteria que provoca el acné, que una piel con material de sobra para que se alimente. Eliminarlo de forma efectiva te ayudará a controlar los brotes.
Cómo funciona la doble limpieza
En el día a día la piel acumula suciedad diversa: polvo, polución, exceso de sebo, sudor, células muertas... Además del maquillaje, protector solar y restos de productos faciales que solemos usar. Estas impurezas se dividen en dos grupos:
Las basadas en aceite (lipófilas): exceso de sebo, maquillaje, protección solar, etc.
Las basadas en agua (hidrófilas): células muertas, polvo, polución, bacterias, subproductos de la transpiración.
Para que nos entendamos, lipófilo significa que tiene afinidad por los lípidos, es decir, que en contacto con lípidos tienden a mantener el contacto (como si fueran imanes). Hidrófilo es algo parecido, pero esta vez con afinidad por el agua.
La mayoría de jabones faciales tienen una molécula hidrófila y otra lipófila, están pensados para eliminar los dos tipos de suciedad. Pero cuando se acumulan muchas impurezas basadas en aceite, es normal que no sean del todo efectivos. En ese caso hay que hacer sí o sí una doble limpieza. ¡Divide y vencerás!
Cuándo hacer la doble limpieza
La respuesta es fácil: la doble limpieza solo hay que hacerla por la noche. Por la mañana, la piel solo necesita una rutina suave para eliminar las células muertas y transpiración que hayan ocurrido por la noche.
El segundo punto importante es: haz una doble limpieza si realmente es necesario. A pesar de que en muchos sitios recomiendan la doble limpieza para todas las pieles, día y noche y según todos los tipos de rutina, desde mi punto de vista considero que es excesivo.
Por ejemplo, recomiendo que la hagas si:
Te has maquillado
Utilizas factor de protección solar alto, especialmente si es de origen mineral
Sientes la piel especialmente grasa y sucia (por ejemplo, una piel mixta-grasa en un clima húmedo, o después de hacer deporte)
Vas a realizarte algún tratamiento, como por ejemplo una exfoliación o una mascarilla
Primer paso de la doble limpieza
Un error común es elegir el primer producto de la doble limpieza fijándote en tu tipo de piel. En lugar de eso, sigue esta regla:
Si llevas poco maquillaje, o no llevas, has sudado poco... elige un aceite desmaquillante o una agua micelar. Aquí también entrarían las toallitas desmaquillantes (úsalas con moderación).
Si llevas más maquillaje (en plan, ojos a full), SPF a cascoporro, o notas la piel más sucia de lo habitual (has sudado mucho, contaminación, etc)... elige una manteca o un bálsamo desmaquillante.
Es decir, la textura del producto es la clave para usarlo en diferentes situaciones, y puedes usar tu intuición para elegir el producto. Algo así como, cuanto más "sucia" tengas la piel, más denso y pringoso el producto que vas a usar para eliminar la suciedad.
Mis favoritos para el primer paso de la doble limpieza:
Caudalie aceite tratante desmaquillante: con aceite de almendras dulces y de uva, ideal para todo tipo de pieles.
GH Limpiador y desmaquillante natural al aceite: formulado para retirar de forma efectiva restos de cosméticos, maquillaje e impurezas. Es no comedogénico.
Mádara melting cleansing oil: es un aceite en crema de textura única, que elimina de una pasada restos de impurezas, polución y maquillaje.
Mia aceite limpiador facial: el aceite limpiador que se hizo viral en redes sociales y con razón: con pétalos de aciano para limpiar de forma delicada y profunda la piel.
Sisley baume démaquillant nettoyant: un auténtico lujo de bálsamo limpiador que transforma tu doble limpieza en un ritual. Apto para todo tipo de pieles, incluso para el contorno de los ojos.
Sensilis ritual care cleansing balm: efectivo y potente, apto para pieles sensibles.
Olay clenase bálsamo limpiador nutritivo: la opción low cost más recomendada.
Aromatica orange cleansing sherbet: si no sabes por dónde empezar, este es el que más te recomiendo. Es un clásico de cosmética coreana.
Segundo paso de la doble limpieza
El segundo paso de doble limpieza más básico es elegir un gel limpiador adecuado para tu tipo de piel. Además de lo que te indique el envase o la marca, un truco para saber si es tu producto ideal es que no tiene que dejarte la piel tirante.
Al contrario a lo que se suele pensar, que deje la piel tirante no significa que lave más o mejor.
También puedes elegir otro tipo de productos y texturas: leches limpiadoras, espumas, geles que no emulsionan... o aplicar productos que se consideran primer paso.
Por ejemplo, una piel muy seca, o en un clima frío, puede utilizar una manteca como primer paso y como segundo, un aceite desmaquillante.
Mis favoritos para el segundo paso de la doble limpieza:
Caudalie Vinoclean espuma limpiadora: una delicia de espuma apta para todos los tipos de piel, con el poder de la uva.
Neutrogena Hydro bost gel limpiador: efectivo, ideal para pieles sensibles y low cost. Hay una versión en formato leche en gel para pieles más secas.
Bioderma Sensibio gel moussant: si tienes la piel extra sensible y los limpiadores suelen irritarte la piel o se queda roja tras el lavado, este limpiadora es ideal.
A-Derma Phys-AC gel limpiador purificante: la opción para pieles mixtas y grasas con tendencia acneica, para terminar la doble limpieza con un extra antimicrobiano.
Cerave Gel limpiador espumoso: para pieles normales a grasas, es uno de los mejores limpiadores del mercado y además de ser de los más recomendados por dermatólogos es muy económico. Tienes también una versión más cremosa para pieles normales a secas.
Cómo hacer la rutina de doble limpieza
Vamos al lío, la doble limpieza es todo un ritual, te doy las claves para hacerla en su máximo esplendor y también algunos trucos para simplificarla:
Con la piel seca, aplica el producto de primera limpieza (aceite o manteca) directo en la cara. No añadas agua. Trabaja bien la piel, masajéala con las yemas de los dedos, especialmente en las zonas rugosas, o más sucias. Recréate sin miedo, incluso si tienes la piel grasa.
El primer paso es un modo ideal de ver qué zonas necesitarían una exfoliación, a falta de una aparatología de análisis en casa. Cuando notes algo rugoso (por ejemplo nariz, barbilla), ve pensando qué exfoliante aplicarás luego mientras masajeas este primer paso.Moja una muselina o toalla pequeña en agua templada o caliente. Úsala para retirar el aceite o la manteca, con suaves pasadas. Si el maquillaje se resiste, prueba de aguantar con la muselina o toalla unos segundos antes de retirarla.
Algunos productos, como los aceites desmaquillantes, emulsionan en contacto con el agua. Es decir, se convierten en un producto lechoso fácil de retirar. En este caso, puedes prescindir de la muselina y mezclarlo con agua directamente en tu piel para que haga espuma.Ya tienes la primera parte hecha. Ahora observa la piel: ¿quedan restos de maquillaje? Si es así, repite el primer paso. Si no, pasa al siguiente punto.
Aplica el segundo paso (gel de limpieza, leche, espuma...) con un poco de agua directamente en el rostro y masajea. Esto funcionará para la mayoría de productos, aunque algunos limpiadores funcionan mejor si se aplican primero sin agua.
Puedes ayudarte también de la muselina para retirarlos.
Aclara y ¡listo! Piel extra limpia preparada para recibir cualquier tratamiento.
¿Qué va primero el agua micelar o el gel de limpieza?
¡Buena pregunta! El agua micelar va primero. La duda suele surgir porque se confunde el agua micelar con un tónico, ya que también se aplica con algodón.
Ten en cuenta que las aguas micelares necesitan aclarado, por eso es mejor aplicarlas como primer paso en una doble limpieza.
¿Qué hago si mi aceite limpiador no emulsiona?
Fácil: retira el aceite limpiador (o la manteca limpiadora) con una cantidad abundante de gel limpiador del segundo paso. Esto también sirve si has hecho el segundo paso y crees que aún hay restos del primer limpiador.
¿Cómo hago la doble limpieza si llevo mucho maquillaje en los ojos?
Si te has maquillado un montón, y temes que igual el primer paso no será suficiente, puedes utilizar un bifástico o agua micelar justo antes de empezar con la doble limpieza, para retirar en parte el maquillaje de la zona de los ojos.
De todas formas, si usas un bálsamo limpiador potente como primer paso con la ayuda de una muselina, no deberías tener problemas en retirar incluso maquillaje resistente.