No importa cuántas veces te duches a lo largo de la semana, hay algo que necesitas saber sobre el gel, la espuma, el champú y la temperatura del agua ya que podrían estar perjudicando tu salud. Son errores muy frecuentes que cometemos la mayoría de los mortales por total y puro desconocimiento. ¡Hasta hoy!
Los 5 errores que debes evitar en la ducha
- Ducharte con agua caliente. ¿Sabías qué el agua muy caliente deshidrata la piel, provoca sequedad y descamación? Además, una ducha demasiado caliente (aunque nos encante, sobre todo en época de frío) es perjudicial por dos razones: en primer lugar, elimina bastante grasa de la piel, dejándola indefensa frente a las bacterias y sustancias perjudiciales. En segundo lugar, provoca un flujo sanguíneo excesivo, que puede desencadenar enrojecimiento prolongado, inflamaciones, espinillas y sequedad de la piel. Entonces, ¿cuál es la temperatura adecuada? En torno a los 35ºC
- Una ducha muy larga. ¿Eres de los que le encanta alargar durante minutos la ducha? ¡Deja de hacerlo! Sobrepasar los 20 minutos, además de innecesario, hará que tu piel se seque. Procura no excederte de los 7-10 minutos. ¡Tu epidermis te lo agradecerá!
- Uso de productos espumosos. Los geles y jabones corporales de hoy en día suelen contener tensioactivos (encargados de juntar las moléculas de grasa con las del agua). Si el gel que utilizas produce mucha espuma es señal de que contiene demasiados tensoactivos, que podrían estar eliminando la capa protectora de grasa de tu piel. Esto causa también una piel seca y áspera. Por eso debes optar por geles de baño que cuiden y respeten las características naturales de tu piel, como por ejemplo:-Si tienes la piel seca, seguro que habrás comprobado que al salir de la ducha o después de un día de playa, necesitas hidratar tu piel. Para potenciar el cuidado de las pieles secas, es esencial utilizar productos específicamente formulados para este tipo de pieles. ¿Cuál es el gel de ducha adecuado para estas pieles? Nosotros te recomendamos ¡el de Atoderm! Es un limpiador que consigue calmar e hidratar tu piel durante su limpieza diaria. Conseguirás aportar una sensación de suavidad durante la ducha, reduciendo la tirantez y protegiendo tu piel de agentes externos.
–¡Aceite y gel en un mismo producto! Con Oleogel de ducha Eucerin conseguirás limpiar suavemente la piel mientras se activa la restauración cutánea. Con un pH 5, Eucerin protege tu piel, dejándola suave y fortalecida.
–¿Y si tu piel es sensible? Tenemos el jabón perfecto para ti, Isdin® Avena Syndet gel de baño y ducha líquido, garantiza una buena higiene, ya que respeta la estabilidad y la delicadeza de la piel. Una de las principales ventajas del uso de este producto de higiene corporal es precisamente su neutralidad, ya que presenta un pH 5,5 muy adecuado para la piel. De ahí que no produzca irritaciones, picores o rojeces, garantizando una total hidratación del tejido cutáneo. Además, gracias a la incorporación de avena, este producto es ideal para el tratamiento de alergias, combatiendo las dermatitis habituales con un agradable aroma final. ¡Descubre las propiedades hidratantes de la avena!
–¡El gel ideal para toda la familia! Las distintas pieles de la familia tienen necesidades diferentes, pero tener un gel para cada miembro de la familia no es demasiado práctico. ¿No sería mejor tener un único producto que cumpliera con todos los requerimientos? El gel de ducha fisiológico de La Roche-Posay es el indicado para el cuidado de la piel de toda la familia por su gran suavidad. Su textura es muy agradable y deja en la piel una sensación de frescor y de limpieza que permanece durante horas. ¡Higiene para todos!
- No reemplazar la esponja. Aunque las herramientas exfoliantes no son “malas” para tu piel, usar la misma esponja durante mucho tiempo sí lo es. Lo que ocurre es que reúne las características perfectas para que en ella proliferen rápidamente las bacterias y el moho. Te recomendamos cambiarla cada 4 semanas y procures, una vez hayas terminado de ducharte, dejarla que se seque fuera de la ducha.
- Secarte muy rápidamente. Secar la piel correctamente es igual de importante que lavarla bien. Para que tu piel no sufra, intenta elegir toallas que no sean ásperas y secarte a toques, sin frotar la toalla en exceso contra tu cuerpo. Recuerda finalizar tu “momento ducha” aplicando crema hidratante.